CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Científicos de Finlandia y Suecia realizaron un estudio para determinar el efecto del ejercicio intenso sobre la movilización de las células inmunitarias antitumorales y protumorales en mujeres con cáncer de mama.
Investigadores de la Universidad de Turku en Finlandia y del del Instituto Karolinska en Suecia, mismo que entrega los premios Nobel en fisiología y medicina, realizaron el estudio que fue publicado a finales de junio en la revista científica Frontiers in immunology.
Los científicos seleccionaron a 19 pacientes recién diagnosticadas con cáncer de mama de entre 36 y 68 años, para que realizaran 30 minutos de ejercicio de intensidad moderada con una bicicleta ergómetro.
Se recogieron muestras de sangre en varios momentos: en reposo, a los 15 y 30 minutos del inicio del ejercicio, y a los 30 y 60 minutos después del ejercicio. Posteriormente, los científicos analizaron varios subconjuntos de células inmunes mediante citometría de flujo, el cual es un método para determinar el número de células, el porcentaje de células vivas y ciertas características de estas, como el tamaño y la forma.
Los resultados arrojaron que el ejercicio agudo aumentó el número total de células inmunitarias, llamadas leucocitos o glóbulos blancos, por ejemplo: neutrófilos, linfocitos, monocitos y neutrófilos, entre otras, como las T citotóxica también llamadas “células asesinas naturales”.
Pero algunos de los cambios fueron transitorios, por ejemplo, las proporciones de algunas células, como las “asesinas naturales” aumentaron, mientras que otras, como las supresoras derivadas de mieloides (MDSC), las cuales se cree que tienen un papel causal en la promoción de la inmunosupresión asociada a tumores, disminuyeron. La proporción de células T reguladoras –las cuales impiden exageradas del sistema inmunológico– permanecieron sin cambios con el ejercicio.
De forma tradicional, los médicos han aconsejado a los pacientes que descansen durante los tratamientos contra el cáncer, esto ha cambiado debido al efecto positivo del ejercicio sobre la enfermedad y los efectos secundarios relacionados con el tratamiento, así como las asociaciones con pronósticos más positivos.
De acuerdo con especialistas, el ejercicio parece ser “la única forma eficaz de reducir la fatiga relacionada con el tratamiento”. Ahora a los pacientes con cáncer se les recomienda ejercitarse.
De acuerdo con un estudio sobre el comportamiento sedentario y la prevención y control del cáncer, la probabilidad de ser diagnosticada con cáncer de mama es un 13% menor en personas más activas físicamente que las menos activas. La mortalidad específica por cáncer es un 31% menor en personas físicamente activas, después del diagnóstico, en comparación con pacientes sedentarios.