PALENQUE, Chis. (proceso.com.mx).- Presidentes y representantes de 10 países diferentes que participaron este domingo 22 en la Cumbre de Palenque para dialogar y buscar solución a la migración acordaron establecer un plan internacional para reducir la movilidad poblacional y proteger a las personas en tránsito.
En el acuerdo, los presidentes, vicepresidentes, ministros y cancilleres de Cuba, Belice, Haití, Panamá, Colombia, Honduras, Costa Rica, El Salvador y, por supuesto, el anfitrión México acordaron incidir para que el gobierno de Estados Unidos sostenga un acercamiento y un diálogo integral para revisar su relación bilateral, así como colaborar con las Naciones Unidas y la Comunidad Internacional para ayudar a Haití.
Este domingo, el presidente Andrés Manuel López Obrador estuvo con los presidentes de Cuba, Miguel Díaz-Canel; de Venezuela, Nicolás Maduro; Gustavo Petro de Colombia; Xiomara Castro de Honduras, y de Haití, Jovenel Moïse, así como representantes de otros cinco países.
Por la mañana, realizaron una visita guiada en la zona arqueológica de Palenque, luego de ello, después del mediodía, sostuvieron la sesión plenaria denominada “Encuentro de Palenque: por una vecindad fraterna y con bienestar”.
Al término de ella, de manera conjunta, los cancilleres y representantes de los 10 países asistentes a la cumbre ofrecieron un mensaje a los medios de comunicación y periodistas en una conferencia de prensa. El pronunciamiento principal fue leído por la canciller mexicana Alicia Bárcena Ibarra.
Bárcena Ibarra dijo que éste fue un debate muy importante sobre la migración, en la que estuvieron los jefes y jefas de Estado de delegación de Belice, Colombia, Costa Rica, Cuba, El Salvador, Haití, Honduras, México, Panamá y Venezuela,
Al dar a conocer el acuerdo de todos estos países participantes, Bárcena dijo que todos y todas reconocieron que las principales causas y origen de la migración son de tipos político, económico, social y los efectos negativos del cambio climático.
Asimismo, señalaron en el acuerdo que otros factores externos, como las medidas coercitivas unilaterales de naturaleza indiscriminada, “afectan negativamente a poblaciones enteras y en mayor medida a comunidades más vulnerables”.
Es por ello que acordaron “enfrentar de manera conjunta la realidad migratoria bajo el enfoque de los derechos humanos, priorizando en todo momento el bienestar de nuestros pueblos en lo que se requiere de responsabilidad compartida y cooperación para lograr resultados a partir de abordar las causas estructurales y los flujos migratorios, los cuales deben ser gestionados entre los países de origen, tránsito, destino y retorno.
“A la luz de lo anterior, acordamos, primero, elaborar un plan de acción para el desarrollo basado en los objetivos prioritarios y entendiendo las realidades de cada país, para atender las causas estructurales de la migración irregular en la región”, dijo la canciller.
En este sentido, “se acordaron las siguientes áreas prioritarias:
autosuficiencia y soberanía alimentaria con la recuperación del sector agrícola; protección, conservación y restauración del medio ambiente; empleo digno; educación y desarrollo de capacidades técnicas y tecnológicas; seguridad energética, incluyendo energías renovables, y avances hacia la descarbonización, autosuficiencia sanitaria, comercio e inversión intrarregional para el desarrollo socioeconómico; combate al crimen organizado trasnacional, al tráfico de personas y la corrupción, fomentando la cooperación en seguridad”.
Además, dijo Bárcenas en el pronunciamiento conjunto que para tal efecto, “México pondrá a disposición inmediata a los países reunidos su oferta de cooperación y asistencia técnica respeto de estas áreas a través de los siguientes programas: Sembrando Vida, Jóvenes Construyendo el Futuro, Cooperación en materia de petróleo, gas, electricidad y energías renovables, la plataforma de armonización regulatoria, de cara hacia la creación de una agencia de medicamentos de América Latina y el Caribe”.
Como segundo acuerdo entre todos los países, se estableció “fomentar el comercio intrarregional de bienes de servicios de subsistencia básica, promoviendo preferencias arancelarias, el establecimiento de cuotas y la eliminación de barreras no arancelarias”.
En tercer punto se acordó “instar a que se levanten las medidas coercitivas y medidas unilaterales impuestas a países de la región, en tanto son contrarias al derecho internacional y tienen graves repercusiones más allá de los países objetivos”.
En tanto en el cuarto acuerdo, destacaron “exhortar a los países que son origen, tránsito y destino, que implementen políticas migratorias integrales que respeten el derecho humano a migrar, resguardando la vida y la dignidad de las personas migrantes y sus familiares, e incluyendo la promoción de acciones de regularización permanente, que permitan potencializar las contribuciones de las diásporas en sus comunidades de origen y destino”.
Como quinto acuerdo, se destacó hacer un llamado a los países de destino de la migración “a que adopten políticas y prácticas migratorias, acordes con la realidad actual de nuestra región y abandonen aquellas inconsistentes y selectivas, para evitar producir arbitrariamente, tanto efectos de llamadas como disuasivos, tales como la regularización de ciertas nacionalidades”.
Para el sexto punto, se acordó “contribuir decididamente conforme a las capacidades de cada país, apoyar a la república de Haití en sus esfuerzos junto a la comunidad internacional, como con las Naciones Unidas en particular, a fin de restablecer un entorno de seguridad humana, para la normalización de las situaciones política, económica y social con un enfoque de desarrollo sostenible”.
En el séptimo apartado propusieron crear esfuerzos coordinados “para replantear la arquitectura de la deuda soberana con el fin de permitir, principalmente a los países de ingreso medio, alcanzar mayores niveles de desarrollo, cerrar las brechas sociales y reducir la intención de migrar, tales como el cambio de deuda universal por autosuficiencia alimentaria, servicios ambientales y acción climática”.
Respecto del octavo acuerdo, señalaron que solicitarán a los países de destino “la ampliación de las vías regulares, ordenadas y seguras de migración, con especial énfasis en la movilidad laboral y promover la reintegración y el retorno de los trabajadores temporales”.
Al tocar el noveno punto, acordaron “instar a un diálogo integral sobre las relaciones bilaterales entre los países de origen, tránsito, destino y retorno”.
“Décimo, fortalecer el trabajo coordinado con los organismos internacionales para atender a las personas que se encuentren en necesidades especiales de protección en su trayecto de movilidad humana, priorizando siempre a las mujeres, niñas y niños”, resaltó Bárcena Ibarra.
Al llegar al onceavo acuerdo, precisaron la necesidad de “profundizar las relaciones de cooperación sur-sur y triangular en la región encaminadas en fortalecer las políticas migratorias con un enfoque de derechos humanos, con miras a un tránsito seguro, protegiendo a las personas de actividades ilícitas”.
Como doceavo punto, pactaron en “continuar el diálogo franco y al más alto nivel sobre estos asuntos y acuerdos a través de un grupo de trabajo, a cargo de las cancillerías con miras a la implementación de soluciones, con una estrategia de intercambio de información y de acuerdo a la legislación de cada país”.
En último punto, concluyeron “vincular estos acuerdos con el encuentro de alto nivel sobre migración y desarrollo en América Latina y el Caribe, propuesto por Colombia y México, que integre los mecanismos regionales y subregionales a realizarse el primer trimestres de 2024”.
En un agregado a estos 13 puntos, los jefes de Estado y de gobierno, acordaron proponer a los gobiernos de Cuba y Estados Unidos sostener en el menor tiempo posible un diálogo integral sobre sus relaciones bilaterales.
En su intervención, los cancilleres enfatizaron que esto es un paso importante dado, al separar el uso político de la migración y en buscar soluciones de inmediato.
Por lo que a partir de hoy “se genera una agenda de trabajo intensa para atender las causas y, sobre todo, atender a los migrantes que se desplazan”. En tanto, cuestionaron a Estados Unidos que ha diseñado políticas erráticas en cuanto a la migración.
El canciller de Cuba Bruno Rodríguez dijo que una de las virtudes de esta cumbre “es encontrar empatía entre los países y sus gobiernos, y que el pronunciamiento leído es el sentir de todos estos países.
“Nuestra migración va dirigida esencialmente hacia Estados Unidos; factores como el bloqueo económico y una política dirigida a deprimir los ingresos, provocan hambre de nuestra población”, dijo Bruno Rodríguez.
Expuso que la de Estados Unidos “es una política activa que estimula la migración cubana, pues le dan un trato privilegiado” a sus connacionales para ingresar a esa nación.
“La Ley de Ajuste Cubano, que le ofrece al migrante cubano el privilegio de poder formalizar su estancia en ese país, es un privilegio que no tienen otros migrantes.
Éstos son estímulos de Estados Unidos para incentivar la migración”, indicó.
El canciller de Haití dijo que el problema de la pobreza y la inseguridad tiene un impacto en el problema de la migración, por eso se trata de “un problema común y tenemos todos que buscar juntos una solución al problema”.
“Éste es un primer paso para continuar trabajando juntos y buscar soluciones”, agregó el canciller haitiano.