La Corona de Cristo, también conocida como Corona de Espinas, es un símbolo poderoso y cargado de significado en la tradición cristiana. La imagen de Jesucristo llevándola antes de ser crucificado es una representación icónica de su sacrificio y redención. Ese objeto se ha convertido en un símbolo poderoso de la pasión y el sufrimiento del hijo de Dios.
La Corona de Cristo es una planta suculenta de crecimiento arbustivo, súper resistente y de fácil mantenimiento, ideal para decorar cualquier rincón del hogar. Es originaria de Madagascar y su nombre científico es Euphorbia Milli. Puede alcanzar una altura de hasta 2 metros y, con un clima adecuado y luz solar, es capaz de mantenerse florecida durante todo el año.
¿Cómo evitar que la Corona de Cristo se queme?
Puede suceder que la planta cambie de color y sus hojas pasen a ser amarillas, blancas o marrones y el culpable es el sol. La Corona de Cristo necesita mucha luz, pero indirecta. Entonces, para evitar que el ejemplar se queme, puedes ponerlo a tomar sol en las primeras horas del día, de 6 a 10 de la mañana, pero después deberá de recibir luz solar indirecta.
Cuando la Corona de Cristo esté dentro del hogar, es aconsejable colocarla detrás de una ventana, mientras que cuando la saques afuera, tendrás que dejarla debajo de un árbol o tela media sombra. En simultáneo, debes regar la planta en la mañana, bien temprano, y evitar hacerlo durante la tarde. Vale agregar que las hojas de esta planta contienen pruina, una capa blanquecina que produce la misma planta de manera natural y actúa como bloqueador solar, protegiendo sus hojas y evitando que se quemen.
La Corona de Cristo requiere pocos cuidados y respecto al riego debe hacerlo cuando la tierra de hasta arriba esté seca. Debes asegurarte que las raíces no estén ahogadas o demasiado húmedas. Asimismo, esta planta requiere de tierra con buen drenaje.