“No sólo importa lo que se come, sino cuando se come. Es lo que se llama crononutrición“, explica la neurocientífica Sara Teller en su nuevo libro ‘Neurocuídate’. “Nuestro sistema digestivo tiene un reloj interno y, al igual que la vida exterior, se sincroniza a través de los ciclos de la luz”, comenta la científica. Es por ello que es muy importante tener en cuenta la hora y la regularidad con la que cenamos y tratar de hacerlo de acuerdo con la cronobiología.
De acuerdo con la experta en neurociencia, Sara Teller, la crononutrición nos brinda valiosas claves para determinar la hora ideal de la cena cuando se busca perder peso. La sincronización de nuestro sistema digestivo con los ciclos de la luz es un factor crucial en este proceso. Vale mencionar que la científica sostiene que la mayor parte de las comidas deben estar concentradas en el horario solar.
La importancia de la hora de cenar en la salud y la pérdida de peso
Según la científica, existen cuatro tips básicos de crononutrición que nos guían hacia la mejor hora para cenar y alcanzar nuestros objetivos de pérdida de peso. Estos consejos no solo se centran en el lapso, sino también en el tipo de alimentos que debemos consumir para maximizar los beneficios del proceso de digestión. La neurociencia nos revela que una hora regular y genérica para cenar y mantener una buena digestión es alrededor de las 8 de la noche.
En ese sentido, cenar temprano, a una hora determinada, te permite realizar la práctica del ayuno intermitente, un enfoque cada vez más popular en la búsqueda de una mejor salud. Además, favorece un descanso óptimo, lo que contribuye a un metabolismo más eficiente. Es importante recordar que cada cuerpo es único, y lo que funciona para una persona puede no ser igualmente eficaz para otra.
Vale destacar que la neurociencia nos ofrece una perspectiva fascinante sobre la importancia de la hora de la cena en la búsqueda de la pérdida de peso y la salud en general. La crononutrición, como lo describe la experta Sara Teller, nos brinda herramientas valiosas para tomar decisiones más inteligentes sobre cuándo comer y qué alimentos incluir en nuestra última comida del día. A través de la comprensión de nuestra cronobiología y la escucha activa de nuestro cuerpo, podemos mejorar significativamente nuestra salud y bienestar.