CIUDAD DE MÉXICO (apro).-La empresa que fundara Bill Gates, Microsoft, ha dominado el mercado de los sistemas operativos desde hace muchos años. Por ejemplo, Apple tiene apenas el 16% del mercado en este rubro y Linux no alcanza más del 3%. Todo lo demás es Windows. Y esto no es poca cosa. Hoy en día hay unos mil cuatrocientos millones de usuarios de Windows en el mundo. Pues bien, considerando esto, la relevancia de un error en el sistema operativo Windows puede ser noticia mundial y esto ocurrió la semana pasada cuando aparecieron las “pantallas azules de la muerte”, que son avisos que da el sistema operativo cuando hay una falla crítica y entonces la máquina deja de funcionar.
Lo que pasó fue un fallo en una actualización del software de la empresa de ciberseguridad CrowdStrike, que provocó la caída de miles de servidores de Microsoft los cuales, a través de sus servicios en Azure, ayudan a llevar las operaciones de muchísimas empresas. De hecho, el fallo provocó que en aeropuertos, estaciones de trenes y en compañías de servicios (que usan Azure), bloqueos que llevó en algunos casos a detener operaciones, incluso en las salidas y llegadas de los aviones.
De hecho, ya han aparecido algunas simulaciones mostrando cómo en los Estados Unidos, el flujo de la aeronaútica se detuvo casi al máximo por el problema que presentaron las computadoras que usan Windows. La realidad es que se ha magnificado el problema porque los medios tratan de vender la noticia y es claro que si es terrible, hay que hacer el caldo gordo.
Y seamos sinceros, el problema, aunque digan algunos medios lo contrario, se resuelve quitando un archivo específico y reniciando el sistema. No fue ningún error que destruyera la información de nadie y en todo caso sería equivalente a los problemas que ocurren cuando por ejemplo, se va la luz en un aeropuerto (esto es totalmente ilustrativo, porque prácticamente cualquier aeropuerto, que se precie de serlo, tiene sistemas de respaldo de energía eléctica).
Hay periodistas y comunicadores que han alarmado en sus escritos y videos, pues reflexionan sobre lo dependientes que somos los seres humanos de los sistemas de cómputo. Pues no sé de qué se alarman, pues dependemos de los energéticos, de la infraestructura ya creada para que lleguen a las tiendas los alimentos, para que tengamos gas y agua en nuestras casas, entre muchas otras tantas dependencias. Vamos, así es el mundo moderno.
Llama la atención tanto escándalo, como cuando salieron los virus informáticos (hace muchos años) o bien los virus que pedían rescate a los usuarios para poder decodificar la información que los programas ransomware habían encriptado. Y esto generó la posibilidad de industrias dedicadas a corregir la problemática que se estaba enfrentando. Hoy, con este problema de CrowdStrike, parece que podría generar toda una industria de sistemas que se protegieran de antemano para cuando una actualización fallara. Pero para que esto ocurra hay que hacer escándalo, hay que hacer mucho ruido.
Yo soy de la opinión que así como muchos medios sacaron la “terrible” noticia de las pantallas azules, el efecto durará poco y se me ocurre que en una semana ni nos acordaremos de esto. Y si no me creen, recuerden las noticias de la guerra de Rusia contra Ucrania, o las del conflicto en la franja de Gaza. Al principio ya casi se anunciaba la tercera guerra mundial. Hoy le damos la vuelta a la hoja del periódico porque ya estas son noticias viejas que a nadie parece interesarles