COLIMA, Col. (proceso.com.mx).- Considerado en la clasificación oficial como el estado más peligroso para las mujeres, Colima ocupa los primeros lugares nacionales en incidencia de feminicidios, homicidios dolosos, violencia intrafamiliar y desapariciones contra este sector de la población.
Y aunque todavía no termina, 2023 ya se convirtió en el año más letal para las colimenses, con un total de 120 asesinatos en el periodo del 1 de enero al 16 de noviembre, 11 más que los cometidos a lo largo de todo el año pasado y 22 más que los contabilizados en 2020, cuando se habían registrado las cifras más altas de la historia reciente, según cifras difundidas recientemente por el vocero de la Mesa de Coordinación Estatal para la Construcción de la Paz y la Seguridad, Francisco Javier Almazán Torres.
Así también, hasta los primeros días de noviembre de este año se presentaron 558 denuncias por desaparición de personas, entre ellas 175 mujeres, de las que únicamente 62 han sido localizadas con vida, 6 fueron halladas muertas y en el caso de 107 todavía no han sido encontradas.
De acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), en el periodo enero-octubre del actual año el estado de Colima tiene la tasa más alta de feminicidios en el país, con 3.64 casos por cada cien mil mujeres, seguido por Morelos, con 3.51; Campeche (2.64), Nuevo León (2.02) y Chihuahua (1.93), en tanto que la tasa promedio nacional es de 1.04 casos por cada cien mil mexicanas.
En relación con el homicidio doloso de mujeres, Colima también se encuentra a la cabeza con una tasa de 23.08 casos por cada cien mil mujeres, ante una tasa nacional de 3.24, mientras que en violencia familiar se ubica en primer sitio con una tasa de 422.8 por cada cien mil habitantes, frente a una tasa nacional de 186.2.
Ante esta realidad, colectivos y organizaciones feministas realizaron la tarde de este sábado una manifestación en el Jardín Libertad, frente a la Catedral y el Palacio de Gobierno, con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.
En el acto de protesta participaron colectivos familiares de víctimas de desaparición de personas, de feminicidios y violencia sexual, entre ellos la Red Desaparecidos en Colima A.C. y el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF).
En una esquina del jardín aprovecharon la estructura de lo que será un gran pino navideño para colocar a su alrededor una lona con la consigna “Alto a los feminicidios en el estado de Colima”, así como cruces color rosa y tendederos de fotografías de mujeres víctimas de asesinato o desaparición.
En entrevista, la directora del Centro de Apoyo a la Mujer (CAM), Clementina Nava Pérez, comentó que Colima vive una realidad de incremento de la violencia contra las mujeres, con varios años siendo el primer lugar en asesinatos y “proporcionalmente a la población y en comparación con otros estados, resulta un estado sumamente violento”.
Dijo que de acuerdo al registro que lleva el CAM de los casos publicados en la prensa local, de 2018 al 17 de noviembre de 2023 suman 489 asesinatos de mujeres. No obstante, las cifras oficiales correspondientes a ese mismo lapso son todavía más altas: 545 casos.
Una sola mujer asesinada es importante, pero visto así nos damos cuenta del gran y doloroso problema que estamos enfrentando en Colima”, indicó Nava Pérez.
Añadió que este año, considerado el más violento para las mujeres, “pone en cuestionamiento muchas cosas: la principal, desde mi opinión, es el que no hay freno a la violencia generalizada, y esto crea un clima de impunidad, del poder hacer sin que haya manera de detener a quien comete un delito, lo que provoca que las mujeres sigamos viviendo con miedo y restringiendo nuestras libertades de tránsito, de convivencia y, sobre todo las niñas, adolescentes y jóvenes estén muy vulnerables”.
No obstante, la situación de las mujeres víctimas de asesinato es solo una parte de la realidad, pues “en Colima existen muchas mujeres desaparecidas que no sabemos dónde están, que los familiares buscan y que la sociedad también tendríamos que darnos a la tarea de buscarles, porque sociedad que no busca, es indolente, indiferente, deshumanizada; y lo digo con plena conciencia, la sociedad debe reclamar donde están, pues quien tiene la obligación de buscar es el Estado”.
Así también, Clementina Nava dijo que aunque los asesinatos son una expresión de la violencia extrema, Colima ocupa el primer lugar en violencia familiar, con 3 mil 470 denuncias de ese delito de enero al 31 de octubre.
“Ésta es una realidad latente, y aquí entran las agresiones contra mujeres, niñas, niños y aunque no se presentan los casos desagregados por sexo, sabemos que quien tiene el dominio y el control es generalmente el hombre, podemos suponer entonces que la mayoría son agresiones por el padre, el hermano, u otros familiares hombres, contra las mujeres”.
A juicio de Nava Pérez, la pequeñez territorial y poblacional de Colima tendría que ser una oportunidad para trabajar en comunidades muy localizadas donde ocurren más casos, porque “la violencia contra las mujeres se ha incrementado en la medida que aumentó la violencia delincuencial y seguramente muchos de estos casos tienen que ver con vínculos afectivos, con dependencias emocionales, con otros problemas como las influencia para las adicciones en las mujeres, la colaboración para delinquir”.
Por otra parte, consideró que a más de seis años de la emisión de la Alerta de Violencia de Género (AVG) para cinco municipios del estado, el 20 de junio de 2017, “tendríamos que observar cambios sustanciales, y estos no son evidentes en la disminución de las violencias”.
Expuso: “Mucho tenemos por hacer e implica principalmente al gobierno con su obligación en la política pública para la prevención, la atención, la sanción y la eliminación de las formas de violencia de género contra las mujeres, y nos involucra a las organizaciones civiles, a las organizaciones sociales, a las escuelas, a los partidos políticos, a los sindicatos, a todos los sectores y la sociedad en general, para desde donde estemos, desalentar la violencia, y decir cero tolerancia ante los delitos. Los tres poderes deben estar involucrados de manera contundente, cada uno desde sus facultades”.
Para la titular del CAM, las instituciones, en la atención de la violencia creciente contra las mujeres, las instituciones del área deben trabajar sobre todo en la prevención, pues “ahí es donde se tendría que enfocar la mayor parte de los esfuerzos, en todos los ambientes y espacios sociales: desde las escuelas, los hogares, y con estrategias que vayan enfocadas a la inhibición de la violencia, a la tolerancia cero”.
Sin embargo, también debe trabajarse por la justicia para las mujeres víctimas, esto es, “que no queden los delitos sin aclaración y sin castigo a los culpables; mientras esto no se dé, hay un permiso tácito para que se sigan cometiendo”.
Puntualizó que en Colima las organizaciones como el CAM continúan dando acompañamiento emocional, ayuda psicológica, acciones de concientización y empoderamiento a las mujeres para que salgan del círculo de la violencia que puede llevarlas a violencia extrema y trabajan también para la prevención de la violencia en todas sus formas.