Un estudio reciente de la Universidad de Indiana en Estados Unidos y del Departamento de Cardiología del Tercer Hospital Universitario de Pekín, China, arroja luz sobre un cambio en la dieta intrigante: reemplazar la carne por nueces. Esta investigación, publicada en la revista ‘Nutrients’, sugiere que tal alternativa no solo mejora la calidad de lo que se ingiere, sino que también fortalece la salud cardiovascular y reduce el riesgo de enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2.
El estudio se basó en datos de la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición (NHANES) de 2015 a 2018. Los investigadores analizaron los efectos de sustituir diferentes cantidades de carne con nueces, variando desde 14 hasta 56 gramos diarios. Este análisis reveló que incluso pequeñas cantidades de nueces pueden tener un impacto significativo en la calidad de la dieta. Las nueces, conocidas por su alto contenido en Omega-3 ALA, fibra, magnesio y cobre, contribuyen a una nutrición equilibrada y diversa.
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¿Qué beneficios tendría cambiar la carne por nueces?
Uno de los hallazgos más notables fue el aumento en la ingesta de nutrientes beneficiosos y la disminución de colesterol al reemplazar la carne con nueces. Además, el estudio destaca que incluso con este cambio, los niveles de vitamina B12, a menudo una preocupación en dietas reducidas en carne, se mantienen adecuados. Esto sugiere que las nueces no sólo son un sustituto viable de la carne, sino que también pueden enriquecer la dieta sin comprometer la ingesta de nutrientes esenciales.
Al respecto, la doctora Wendy Bazilian, una reconocida dietista-nutricionista, sostuvo: “sabemos que los atributos positivos de las nueces ya están respaldados por más de tres décadas de investigación relacionada con la salud que examina el efecto del consumo en áreas de la salud integral. Y ahora, estamos viendo los impresionantes efectos que simples cambios de productos de origen animal podrían hacer cuando se utilizan nueces nutritivas y sabrosas”.
¿Por qué muchas personas prefieren dejar la carne?
La reducción en el consumo de carne roja se ha atribuido a varios factores, especialmente relacionados con la salud y el medio ambiente. Un análisis detallado realizado por la Mayo Clinic y otros estudios concluyeron que una disminución en el consumo de carne procesada/roja se asocia con una reducción significativa en la mortalidad total, la mortalidad por enfermedades cardiovasculares, la mortalidad por cáncer y la incidencia de diabetes tipo 2?.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha clasificado la carne procesada como un carcinógeno del Grupo 1, lo que significa que hay evidencia suficiente de que causa cáncer, en particular cáncer colorrectal, por lo que se debería disminuir su ingesta para evitar cualquier tipo de patología.
Con información de Europa Press