Uno de los principales excesos que pueden afectar el aprendizaje de los niños durante el regreso a las clases es la ingesta masiva de calorías digitales, así lo asegura Carlos Lara, analista de la Comunicación y la Cultura de la Tribu del Pulgar.
El problema de salud es tan grave como silencioso, de acuerdo con el experto, los menores de edad pasan en promedio el 60 por ciento de su tiempo libre frente a una pantalla, lo cual pone en entredicho la forma en la que se relacionan con los demás, interactúan con su entorno e inclusive afectan la manera en la que hablan.
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El teléfono celular no se debe usar en exceso
En entrevista con Blanca Becerril a través de la señal de radio de Heraldo Media Group, el especialista destacó que los profesores se enfrentan a la falta de colaboración por parte de los padres de familia, quienes no realizan un pacto social que permita proteger al sector infantil y juvenil que pasa cada vez más periodos frente a los dispositivos.
Es decir, aunque la escuela se encargue de limitar el uso de los teléfonos celulares o inclusivo los prohiba, en las casas los padres siguen permitiendo que los menores hagan uso de ellos.
Hay que quitarle el empoderamiento al celular
De acuerdo con el experto, es necesario que los menores de edad retomen el control de sus vidas y dejen de lado cada vez más el teléfono inteligente, las tablets o los videojuegos, pero esto debe hacerse sin darle más poder del que tiene al dispositivo.
Según lo dicho por el especialista, ofrecer el aparato después de que se cumplan con ciertas actividades u obligaciones hace que el niño vea como un premio o beneficio su uso. De esta manera, los tutores dan al celular un poder mayor del que podría tener y simbólicamente lo convierten en un objeto más deseado.
Lara indica que hay dos formas en las que se suele atender esto, aunque la primera opción nunca será útil para lograr estos objetivos.
¿Cómo NO evitar el uso excesivo del celular?
Seguir esta estrategia más tradicional de limitar o quitarle el celular al niño no solamente es malo pedagógicamente, sino que además genera repele a hacia las actividades que se tienen que llevar a cabo.
Además de esto, prohibir algo no genera hábitos positivos, sino que es percibido por los niños como un castigo o una situación innecesaria, por lo que se debe afrontar desde otra estrategias?
¿Cómo hacer que mi hijo deje el celular?
Con esta estrategia entre padres y tutores de varios niños pueden trabajar en un objetivo en común: provocar que indirectamente los menores de edad dejen de estar sometidos a las calorías digitales.
Destacó que no basta con dar a los niños una agenda kilométrica que les impida tener un espacio para ellos mismos, sino que se deben establecer relaciones y actividades que le resulten útiles y significativas.
La recomendación que hace el experto es que se fomenten actos sociales con amigos, con su familia o con otros seres queridos, a fin de que sigan desempeñándose en sociedad y estén alejados del móvil. Dentro de las prácticas que se pueden hacer están las siguientes:
- Recorridos con la mascota.
- Ver películas en familia.
- Jugar con sus amigos.
- Implementar juegos de mesa.
- Realizar llamadas con la familia.
¿Por qué las calorías digitales ponen en riesgo a tus hijos?
Lara explicó que los menores están en riesgo de perder la capacidad de concentrarse, aprender y expresarse, debido a este tipo de dispositivos. El objetivo, comentó, no solo es ganarle tiempo a las aplicaciones y a los celulares, sino desarrollar hábitos positivos.
Destacó que la prueba PISA indica que los niños tienden a dejar de lado la forma en la que aprenden, entienden y retienen la información que leen, debido a la falta de concentración.
Añadió que en otros países como España se está buscando que las empresas se hagan responsables de las consecuencias de estos artefactos, pero que actualmente en México la mejor estrategia es buscar estrategias para reducir el tiempo frente a las pantallas. .
Hay que eliminar a las niñeras digitales
Destacó que la práctica de los padres de familia de recurrir a los dispositivos para que ejerzan por ellos la función del cuidado pone en riesgo a sus hijos. Añadió que los niños de 12 a 13 años comienzan a experimentar deficiencias a la hora de expresarse, lo cual además promueve carencias y errores en el lenguaje que se normalizan y se perpetúan incluso en la educación superior de estas personas.
En Europa, comentó, se está buscando establecer mecanismos para que los menores lean en voz alta para que puedan reducir los estragos de estas tecnologías.
Por si fuera poco, el dejar a los niños ante estos artefactos puede ocasionar ansiedad por ver contenido altamente estimulante , lo cual los lleva a buscar material cada vez más sorprendente, la cual deriva en el insomnio digital. Para erradicarlo, comentó, los usuarios deben desconectarse 30 minutos antes de dormir.