Millones de personas suelen usar la cafeína para mantenerse activos durante el día. Por lo general, no representa un problema para la salud, pero es importante saber que hay posibles efectos secundarios; según señala la Clínica Mayo, hasta 400 miligramos (mg) de cafeína al día parecen ser seguros para la mayoría de los adultos sanos. Esto equivale aproximadamente a la cantidad de cafeína en cuatro tazas de café filtrado, 10 latas de refresco o dos bebidas energéticas”.
Es importante tener en cuenta que el contenido real de cafeína en las bebidas varía mucho, por lo que se debe revisar la tabla de ingredientes y porciones de cada producto. Además, en algunos sectores se ha puesto de moda la cafeína en polvo, pero se debe tener cuidado con su consumo, pues podría ser fácil llegar a niveles tóxicos, ya que tan sólo una cucharada equivale a 28 tazas de café.
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¿Cuándo saber que se tiene que reducir el consumo de cafeína?
Aunque el uso de cafeína puede ser seguro para los adultos, no es una buena idea para los niños. Se debe advertir a los adolescentes y adultos jóvenes sobre el consumo excesivo de cafeína y sobre mezclar cafeína con alcohol y otras drogas. Las mujeres embarazadas deben hablar con sus médicos acerca de limitar el consumo de cafeína a menos de 200 mg diarios.
La Clínica Mayo también sostuvo que si consumes más de 4 tazas de café con cafeína al día (o su equivalente) y experimentas efectos secundarios como dolor de cabeza, insomnio, nerviosismo, irritabilidad, micción frecuente o incapacidad para controlar la micción, taquicardia o temblores musculares, considera reducir tu consumo.
Algunas personas son más sensibles a la cafeína que otras. Si eres susceptible a los efectos de la cafeína, incluso pequeñas cantidades pueden provocar efectos no deseados, como inquietud y problemas para dormir, por lo que es mejor evitarla.
¿Cómo puedes reducir tu hábito de cafeína?
Presta atención a cuánta cafeína consumes de alimentos y bebidas, incluidas las bebidas energéticas. Lee las etiquetas detenidamente. También disminuye gradualmente tu consumo. Por ejemplo, bebe un refresco menos al día o una taza de café más pequeña. Evita tomar bebidas con cafeína tarde en el día.
Si mentalmente se te complica, podrías optar por las bebidas descafeinadas, tienen un aspecto y sabor muy similar a sus contrapartes con cafeína. Otra alternativa es que al preparar té, reduce el tiempo de infusión para disminuir su contenido de cafeína. O elige infusiones herbales que no contengan cafeína.