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En entrevista para Aristegui en Vivo, el analista financiero Mario di Constanzo analizó el esquema de financiamiento que se diseñó para enfrentar las consecuencias de la cancelación del aeropuerto de Texcoco. Esto tras la publicación de la investigación “El Gran Capricho de AMLO”, de este medio.
Di Constanzo, expresidente de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros en México, señaló que el esquema de bonos ideado originalmente para financiar el proyecto de Texcoco se mantuvo posteriormente para respaldar la cancelación. Los 6,000 millones de dólares obtenidos través de bonistas privados y fideicomisos y respaldados por la Tarifa de Uso Aeroportuario (TUA), tendrán vencimiento hasta 2048.

Foto: Cuartoscuro
Según el análisis de Di Constanzo, la cancelación del aeropuerto en Texcoco generó una deuda de al menos 331,000 millones de pesos, en contraste con los 100,000 millones estimados por el Ejecutivo. Además, señaló que cerca de 80,000 millones de pesos de deuda de estos bonos aún circulan en el mercado, generando intereses de alrededor de 90,000 millones de pesos.
El analista alertó respecto la previa intención aparente de la Secretaría de Hacienda de convertir esta deuda, actualmente focalizada, en deuda pública, considerándolo un posible “fobaproa aeroportuario”.
Advirtió sobre las consecuencias de desviar estos fondos, originalmente destinados al aeropuerto, para otros proyectos, como el Tren Maya.
Aristegui Noticias reveló que 1,200 millones de dólares de los fideicomisos del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México cuyo único uso legal podía ser pagar la deuda pendiente, fueron desviados -sin justificación alguna- a la construcción del Tren Maya.
Di Constanzo subrayó la importancia de cumplir con los convenios, acuerdos y la ley, y criticó la falta de claridad en el uso de recursos públicos, señalando que se sigue pagando por un proyecto que ya no se llevará a cabo, contribuyendo a un elevado costo de cancelación.
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