BOGOTÁ (apro).- Todo Ecuador presenció en vivo la tarde de este martes la irrupción de un comando a un foro del canal TC Televisión en Guayaquil y el momento en que amenaza con escopetas, fusiles, cuchillos, granadas, pistolas y cartuchos de dinamita a técnicos, personal de producción y conductores, uno de los cuales clama por su vida mientras un revólver apunta a su cabeza.
El ataque armado a ese medio y a otros dos canales de televisión forma parte de la ofensiva desatada por grupos del narcotráfico desde el lunes en todo el país tras la decisión del gobierno del presidente Daniel Noboa de decretar un estado de excepción en respuesta a la fuga de una cárcel de la suroccidental Guayaquil de Adolfo Macías Villamar, alias “Fito”, aliado del Cártel de Sinaloa y el principal jefe del narcotráfico en el país.
Los dirigentes de los principales partidos políticos coincidieron en señalar que el país enfrenta una guerra narcoterrorista como la que cimbró a Colombia a finales de los 80.
Ante la ofensiva de “Los Choneros”, el grupo de “Fito”, y de otras bandas como “Los Lobos”, “Los Chone Killers” y “Los Tiguerones”, Noboa –quien solo tiene seis semanas en el cargo— reaccionó expidiendo la tarde de este martes con otro decreto que declara al país en estado “de conflicto armado interno” y ordena el despliegue de las Fuerzas Armadas y la policía por todo el territorio.
El decreto señala que Ecuador enfrenta “actos terroristas que atentan contra la seguridad territorial y soberanía del Estado” y declara como “organizaciones terroristas” a una veintena de bandas del narcotráfico, entre ellas a las dos más poderosas, “Los Choneros”, que son aliados del Cártel de Sinaloa, y “Los Lobos”, operadores del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG).
En el asalto a TC Televisión, delincuentes armados y con el rostro cubierto tomaron rehenes y obligaron a un conductor de un noticiero pedir a la policía que se abstenga de intervenir, a pesar de lo cual la fuerza pública llegó al canal.
El secretario de Comunicación de la Presidencia, Roberto Izurieta, aseguró en cuenta de X que “la gran mayoría de los funcionarios (del canal) han sido ya liberados” y señaló que los ministerios de Defensa y de Gobierno trabajan coordinados para establecer un “bloque de seguridad” en la sede de la televisora.
La policía divulgó fotografías de 13 asaltantes ya sometidos e informó que la toma del canal fue resuelta. Los capturados fueron identificados por un vocero policial como miembros de “Los Tiguerones”, banda vinculada al CJNG.
La televisora Gamavisión, con sede en Guayaquil, fue también asaltada por cinco hombres armados que fueron capturados por la policía, mientras en las afueras de las instalaciones de Teleamazonas se registró una balacera entre agentes policiacos y un grupo armado que pretendía asaltar ese medio de comunicación.
Los ataques de las bandas del narcotráfico han incluido irrupciones armadas en universidades, quema de vehículos, disparos en las calles, ataques a instalaciones del gobierno y secuestros de policías y de guardias penitenciarios.
En medio de la sensación de caos e incertidumbre que se ha generado en el país, en Quito y en Guayaquil se han presentado saqueos de comercios y centros comerciales, lo que orilló a la virtual parálisis de actividades.
En redes sociales han proliferado noticias falsas, como un supuesto ataque a una estación del Metro de Quito, que contribuyen a producir miedo entre la población.
En las principales ciudades se observan largas filas de automóviles de personas que buscan llegar a sus casas.
El Ministerio de Educación anunció el cese de clases en todos los planteles, en principio hasta el próximo viernes.
La ministra de la Mujer y Derechos Humanos, Arianna Tanca, dijo a una estación radial que Ecuador está “en un estado de guerra y mi recomendación es quedarnos en lugares seguros”.
El experto en seguridad y exfuncionario del sistema nacional de inteligencia, Daniel Pontón, dice que Ecuador vive una inédita ola de “violencia nacoterrorista” que pone en riesgo la estabilidad del país y de las instituciones democráticas.
“Nunca habíamos visto tal nivel de coordinación del crimen organizado para alterar el orden a nivel nacional ni tal nivel de osadía”, señala.