El cuidado del cutis y el resto de la piel es de suma importancia para mantenerse joven y radiantes sin importar el paso de los años. Si bien existen muchos tratamientos, también existen algunos remedios naturales que pueden ayudar a mantener la piel perfecta, pero a un precio mucho menor. Ahora vamos a presentar un truco donde la miel será el elemento principal para hidratar la piel y hacer que la gente se olvide de las manchas y arrugas.
La miel es uno de los elementos naturales que se usa para la creación de muchas cremas, mascarillas y exfoliantes. Su nutrientes la hacen una pieza clave para el cuidado de la piel. Por ese motivo vamos a presentar una fórmula natural que ayudará a mantener el rostro sin arrugas o manchas por muchos años. Eso sí, no lo hará sola. El elemento que complementará esta mascarilla es nada más y nada menos que el bicarbonato de sodio.
Sigue leyendo:
Esta es la milagrosa semilla que te ayudará a detener la caída del cabello y que pocos conocen
Receta de crema casera de arroz para atenuar las arrugas e hidratar la piel
Cómo hacer la mascarilla de miel para eliminar arrugas
Para lograr esta mascarilla se van a necesitar dos ingredientes. La miel y le bicarbonato de sodio serán los elementos que conformarán este remedio natural de la eterna juventud. Mejor pasemos a las cantidades y a cómo se debe elaborar y colocar la mascarilla antiarrugas.
Ingredientes:
- 2 cucharadas de bicarbonato de sodio
- 1 cucharada de miel
Pasos para hacer la mascarilla antiarrugas de miel:
- En un recipiente pequeño se deben colocar las dos cucharadas de bicarbonato de sodio y la miel.
- Se debe mover hasta que se forme una pasta homogénea.
- Una vez alcanzada la textura deseada, es momento de colocarla en el rostro.
Antes de aplicar la mascarilla de miel y bicarbonato, se debe tener en cuenta que el rostro debe estar limpio y seco. Una vez aclarado este punto, se debe colocar cuidadosamente para evitar tocar la zona de los ojos y cubrir toda la superficie de forma uniforme. Una vez aplicada en la cara, se debe dejar actuar durante 10 a 15 minutos.
Durante su colocación se deben realizar movimientos circulares para que se haga un efecto de exfoliación. Este mismo proceso se debe aplicar a la hora de retirar. Se tiene que hacer con agua tibia hasta dejar el cutis libre de la mascarilla. Al finalizar se debe secar con unas palmaditas.
Recuerda que antes de colocar cualquier producto en el rostro se debe acudir con un experto, es decir, con un dermatólogo para que realice una valoración e indique que es una buena mascarilla. Otro factor a tener en cuenta es el tema de alergias, ya que podría ser contraproducente en caso de no revisar este detalle.