La edad es nuestra mejor aliada, pues nos llena de sabiduría y todo tipo de riquezas de las cuales podemos disfrutar; sin embargo, también se convierte en nuestra enemiga si no la enfrentamos a tiempo, pues para nadie es secreto que los años le cobran factura a nuestro cuerpo si no lo tratamos con amabilidad, ya que las enfermedades y dolencias comienzan a hacerse presentes hasta el punto de afectar tareas o actividades sencillas.
Tan sólo piensa cuántas veces no has visto con nostalgia el poder ponerte calcetines o amarrarte las agujetas de los zapatos sin que te cause dolor en las piernas o en la espalda debido al esfuerzo, o bien, el simplemente sentarte o ponerte de pie a la hora de comer en una reunión con amigos. Si te sentiste identificado con esto y tienes 60 años o más, hemos de decirte que este panorama deprimente no tiene por qué ser así todo el tiempo, sino que todavía puedes revertirlo y aquí te contamos cómo lograrlo.
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Cuclillas profundas, la posición que te ayudará a agacharte después de los 60 años
Así que si quieres revivir los años dorados de cuando eras joven y poderte agachar ahora que tocaste el sexto piso sólo tienes que colocarte en una posición que te otorgará flexibilidad, fuerza y resistencia: las cuclillas profundas. Aunque probablemente en el intento sientas que tus rodillas no lo resistirán, puedes ir ajustando la intensidad a tus necesidades y con el paso de las semanas notarás lo mucho que has fortalecido tu cuerpo para aumentar el nivel.
Las cuclillas profundas son perfectas para ganar movilidad en tus piernas y cuerpo, algo esencial para que logres tu meta de agacharte si ya eres un adulto mayor. Fue el canal de YouTube Liebscher y Bracht, especialistas del color, el que compartió los beneficios de esta postura durante la vejez y con los que sin duda podrás volverte a agachar con facilidad sin desmotivarte por no poder o por el miedo de lesionarte. Conoce los aspectos a los que debes de prestar atención al realizar este ejercicio para bajar fácilmente y sin esfuerzo.
- Párate de pie y asegúrate que tus pies estén abiertos al ancho de tus caderas; colócalos firmes sobre el suelo.
- Ahí comienza a bajar suavemente hasta la altura en la que te sientas cómodo, pero siempre asegurándote que no despegues los talones del piso ni pierdas el equilibrio.
- Permanece en la posición máximo dos minutos.
- El reto de este ejercicio es lograr que tus glúteos estén lo más cerca que se pueda de tus pantorrillas.
Lo ideal es que realices esta posición todos los días por unos cuantos segundos para que con el paso de los días notes cambios significativos que te permitan estirar, flexionar y ejercer fuerza con tus piernas. Además, puedes combinar este sencillo ejercicio con otros ejercicios que te permitirán terminar de ganar flexibilidad en tus tobillos y rodillas, pero también con pequeñas planchas en cuatro para que poco a poco lleves tu torso hacia tus pies hasta que logres sentarte sobre tus talones y descansa en esta posición.
Así de fácil puedes trabajar desde los talones, las piernas, la cadera y la espalda baja, pues al fortalecer estas partes del cuerpo lograrás la meta de sentarte en cuclillas profundas, lo cual te permitirá a la larga agacharte con mayor facilidad. Debes de saber que aunque estos ejercicios están recomendados por un experto, es fundamental que antes de realizarlos consultes con un profesional de la salud para que te oriente según las necesidades de tu cuerpo y especialmente si tienes alguna lesión.
¿Por qué no me puedo agachar?
Aunque muchas personas relacionan el no poder agacharse con alguna lesión, no es el único motivo por el cual hay puede ocurrir, especialmente cuando empezamos a envejecer. Entonces nuestros músculos y ligamentos pierden la flexibilidad y fuerza que tenían antes, según MedlinePlus, algo que nos hace parecer menos fuertes para agacharnos y que de hacerlo de una forma incorrecta puede ocasionarnos una lesión en la espalda.
Es por ello que te recomendamos realizar el ejercicio anterior que sólo consiste en una postura que aumentará tu flexibilidad en las piernas, tobillos y pies para que así puedas agacharte con mayor facilidad si eres un adulto mayor; debes de saber que aunque este truco se puede realizar después de los 60 años, las personas jóvenes y de todas las edades lo pueden realizar; no olvides que el cuerpo empieza a envejecer a los 30 años.