Abren para los libreros el Corredor Cultural Balderas

Abren para los libreros el Corredor Cultural Balderas


CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Los libreros organizados más antiguos de México abren este lunes 22, en el marco del Día Mundial del Libro en el y el Derecho de Autor (el martes 23), su Corredor Cultural Balderas, rehabilitado, con la esperanza a futuro de una declaratoria de Patrimonio de la CDMX.

Tras cuatro décadas de habitar de manera ambulante a un costado del Parque de la Ciudadela –junto a la Biblioteca México, en el Metro Balderas–, 38 libreros (llamados popularmente “de viejo”) recibieron sus nuevos locales fijos.

El espacio quedó conformado en esta nueva etapa tras una inauguración por parte de las autoridades capitalinas el pasado 6 de abril. Sin embargo, desde el lunes 22 realizarán su apertura como colectivo, y por ello ofrecerán descuentos durante toda esta semana del 10 al 50%.

El gobierno de la Ciudad de México reportó que el corredor forma parte de la “revitalización integral del Centro Histórico”, con el fin de preservar el oficio de librero y consolidar la vocación cultural de la zona. Los nuevos módulos, techados, poseen estantes con capacidad para unos 2 mil libros (ejemplares antiguos y/o de colección) que abren y cierran para su protección.

En el corredor cultural participan la Subsecretaría de Programas de Alcaldías y Reordenamiento de la Vía Pública de la Secretaría de Gobierno (Segob), de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi), así como la Autoridad del Centro Histórico (ACH).

El programa es resultado de cuatro años de trabajo entre las autoridades de esas dependencias y la Asociación Autogestiva de Libreros “Corredor Cultural Balderas, A.C.”, conformada por los 38 libreros.

Fue el Consejero de esa asociación, César Sánchez Obregón, de 67 años de edad, quien compartió en entrevista con Proceso la historia del lugar, que puede rastrearse mediante cuatro etapas:

La primera corresponde a su nacimiento hacia 1984, cuando cinco libreros ambulantes se colocaron en la zona, entre ellos Sánchez Obregón, momento sobre el cual recuerda que en esa primera etapa todavía estaba el cuartel militar y el resellamiento de cartillas a un costado de Balderas, así como la Escuela Nacional de Artesanías.

Hacia 1989 se agregó una caravana ambulante que permaneció ahí nueve años, cuyo encargado llegó a cobrar como parte de un convenio, y en donde se desvirtuó el uso del librero, pues hubo comercio ambulante general y piratería.

El tercer momento fue en 1998, cuando las autoridades intervinieron con la idea de eliminar al corredor y ambulantaje, y ahí se conforma la Asociación Autogestiva de Libreros “Corredor Cultural Balderas”, que en su defensa respondió con un discurso sobre la importancia del libro en la historia de la Ciudad de México. Ahí surgió Sánchez Obregón, quien dice:

“Quisieron quitarnos porque querían limpiar visualmente a la Ciudadela, reconocimos que la autoridad tenía que cuidar las calles, pero hicimos un discurso para que también reconocieran que el librero siempre había estado en la historia de la Ciudad de México, y que la Ley de Mercados dicta que alrededor de un mercado sólo puede haber puestos de periódicos y libros. Pedimos que se nos diera el trato como se le daba a los billeteros, boleros y vendedores de periódicos, añadimos la Ley de Imprenta, el proyecto de cultura, y entendieron que teníamos que llegar a un acuerdo.

“Incluso hubo una primera maqueta de stand sugerida por el periodista Humberto Mussachio, quien me pidió que visitara la Fototeca de Pachuca, en específico las Alacenas de Seminario, y ese primer stand estuvo inspirado en eso. Fue un triunfo”.

Lector de B. Traven, Carlos Marx, Rubem Fonseca, Miguel León Portilla, y de los trabajos periodísticos de Julio Scherer y Miguel Granados Chapa, en 2020, se define el reordenamiento del corredor como parte de la Revitalización del Centro Histórico y en específico el rescate de Santa María la Redonda. Informa:

“El acuerdo al que llegamos es que los libreros que estuvieran tenían que ser así, 100% libreros y no comerciantes de otros artículos”.

Y afirma:

Aquino, en su local de Medellín 337. Foto: Cortesía Enrique Aquino.

“Ahora tenemos buena relación con Mariano Leyva, director de la Biblioteca México, quien incluso nos ha sugerido que realicemos actividades culturales, conferencias, diálogos, y hemos pensado en la entrega de un premio por parte de los libreros al autor más vendido, que es algo que entregan libreros en España, Francia, Italia, y es muy prestigioso. Lo que pasa es que tenemos poca vida gremial, necesitamos unión, y tener mayor proyección, y justo en eso estamos trabajando.

“Y quizá, después, buscar una declaratoria como Patrimonio de la Ciudad de México”.

–¿Por qué una declaratoria, qué elementos consideran que tienen?

–Bueno, esto como platicamos, se remonta a cuarenta años, y una historia continua. No somos un corredor nuevo, entramos a una nueva etapa de que esperamos sea la más productiva. Creo que la autoridad también lo está viendo así.

“Ya estamos en redes sociales, empezamos a movernos para darle sentido al 23 de abril, de ahí los descuentos que tendremos. Somos un gremio de libreros que se ha apropiado de la historia del libro, estamos formando un rumbo, un sentido”.

–¿Qué lo diferencia de otros corredores libreros en la Ciudad de México?

–Somos propiamente el único corredor en donde se ha involucrado la autoridad con buena intención, respetando, e incluso por extensión es un corredor-librero largo, por antigüedad y número de participantes también, es único en América, y eso lo pueden buscar y revisar.

Relata que hay otras concentraciones de libreros en la ciudad, como la del Callejón Condesa –entre el Palacio de Minería y el de Correos, también en Centro Histórico–, “pero ha tomado otro rumbo”, pues se hizo cambio de mobiliario”, si bien “aún se lidia con la piratería”.

Recuerda además que un poco antes de la pandemia, en el Parque San Fernando (por la Alameda), se creó un movimiento de chácharas que partió de un corredor ubicado entre los museos Franz Meyer y De la Estampa: “Ése es proyecto curioso que ya tiene actividad relacionada con el coleccionismo popular”.

Pero regresando a la pregunta original, este corredor –remata– es único”.

* * *

Uno de los propietarios del corredor, Enrique Aquino Blanco, de 68 años, originario de Córdoba, Veracruz, dueño de la librería Arte y cultura (situada en Medellín 337, colonia Roma Sur), cuenta a Proceso que llegó a la Ciudad de México a los 18 años. Tras diversos trabajos, comenzó a vender enciclopedias de casa en casa y se relacionó con el medio editorial, hasta llegar a ser gerente en el Grupo Editorial Planeta, después en Santillana, y tuvo una distribuidora propia, Difusión Editorial.

“Mi librería es de ocasión, tiene de todo, y la inicié tras un largo periplo hace años, cuando empecé a coquetear con los libros de segunda mano. Saqué mi biblioteca personal de unos 2 mil 500 libros y así empezó todo; sobrevivimos a la pandemia y aquí seguimos”.

Narra que si bien empezó a leer “ya grande”, a los 29-30 años, “comencé con la historia, pues al poner la librería tienes que saber de todo, porque la gente te pone a prueba; es un oficio bonito. La historia me ayudó mucho a estar al tanto, sobre todo cuando me hacían preguntas. Esto no lo veo como un trabajo, lo disfruto y amo los libros”.

La inauguración oficial. Sánchez y Batres, al centro. Cortesía Gobierno CDMX.

También cita entre sus autores preferidos a Miguel León-Portilla.

–¿Y cómo llega al Corredor Cultural Balderas?

–Fue más por invitación, me llevó César Obregón, quien conoce mi librería, mi trabajo, y es un amigo a quien conocí por los libros.

“Mi proyecto es tener tres sucursales de “Arte y cultura”, la de Balderas la pienso como la segunda librería, y por el momento es una nueva gran etapa para todos los libreros ahí. Si van a visitarnos no van a salir con las manos vacías, los libros nos llaman e invitan a leer siempre”.

Explica que en Balderas, por el tema de espacio (caben entre mil 500 y 2 mil libros en cada local), busca especializarse en volúmenes asociados a filosofía, historia y religión, y menciona que la Biblia más antigua que ha vendido fue una de 1730.

Las 38 minilibrerías están abiertas de lunes a domingo, de 10 a 19 horas, y sus actividades con proyección en Facebook se ubican como “Asociación Autogestiva Corredor Cultural Balderas”.





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