¿Cuándo se comienza a perder la memoria? Desde la temprana edad de 20 años comienza un deterioro en las células cerebrales, de acuerdo con el Weill Cornell Geriatrics and Palliative Medicine, la cual indica que a partir de esa edad la producción de sustancias químicas vitales para su funcionamiento disminuye. Sin embargo, hay algunas cosas que se pueden hacer para que ese proceso sea más lento.
La Clínica Mayo explica que olvidar dónde dejamos las llaves o el nombre de un conocido son deslices que, aunque frustrantes, rara vez alteran el curso de nuestra vida cotidiana. Estos episodios, aunque comunes, son en su mayoría gestiones manejables que no afectan nuestra independencia ni nuestra capacidad para disfrutar de la vida y mantenernos activos socialmente.
Te puede interesar:
¿Vives con demasiado estrés? Podrías estar envejeciendo más rápido, estas son las razones
Esta es la principal “herramienta” que usan los abusadores emocionales
¿Qué hacer para tener mejor memoria?
La actividad física es fundamental, ya que promueve un flujo sanguíneo óptimo hacia nuestro cerebro. También, la estimulación mental, desde resolver crucigramas hasta aprender un nuevo idioma, mantiene a nuestro cerebro en forma. Y la interacción social juega un papel preventivo contra el deterioro cognitivo, por lo que es importante mantener vínculos afectivos y una red de apoyo sólida.
Mantener un entorno organizado, disfrutar de un sueño reparador, seguir una dieta equilibrada y gestionar condiciones de salud crónicas son tácticas que, aunque sencillas, tienen un impacto profundo en nuestra capacidad para recordar.
¿Hay tratamientos para la pérdida de memoria?
La Clínica Mayo sostiene que muchos trastornos que afectan nuestra memoria son reversibles. Desde desequilibrios nutricionales como la deficiencia de vitamina B12 hasta condiciones médicas tratables como el hipotiroidismo, las causas detrás de una memoria fallida a menudo pueden ser identificadas y corregidas. Incluso factores ambientales y hábitos de vida, como el consumo de alcohol y el estrés, juegan un papel crucial en la preservación de la salud mental.
Los expertos sostienen que aceptar los cambios asociados con el envejecimiento no significa resignarse a ellos; por el contrario, es el primer paso hacia la adopción de un estilo de vida saludable. Eso sí, si cada día es más complicado recordar cosas, no dudes en ir con un profesional de la salud.