Este jueves, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) informó que será el ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena quien analizará el amparo promovido a favor de la elefante Ely, quien por más de una década ha vivido en el Zoológico San Juan de Aragón en un ambiente que, según organizaciones ambientalistas, es inadecuado y le ha provocado afectaciones.
El anuncio se da luego de que en agosto de este año, la Primera Sala del Máximo Tribunal votara a favor de la facultad de atracción de un juicio de amparo relacionado con este asunto, a propuesta del ministro Juan Luis González Alcántara Carrancá, con el fin de revisar la sentencia dictada en noviembre de 2022 por el juez federal Ulises Rivera González, quien rechazó todos los argumentos sobre el presunto maltrato que vive la paquidermo en el zoológico.
Organizaciones denunciaron que la sentencia de Rivera González estuvo marcada por irregularidades. Una de estas sería el presunto plagio cometido por autoridades del zoológico de un estudio presentado como evidencia por Alinka Vanessa Olea y Wagner, directora de San Juan de Aragón, tal como documentó Aristegui Noticias en un texto publicado en abril 2023.
Consultada por Aristegui Noticias, la abogada Susana Ramírez, promotora del amparo mediante el despacho Va por sus Derechos, mostró su expectativa de que el ministro Ortiz Mena “revise bien el caso y se meta al fondo del asunto”.
“Espero que tenga un voto de progresividad para el derecho en México. Que sepa que la sociedad civil, activistas y miles de personas han solicitado la libertad de Ely. Que vea todo esto para que Ely pueda tener un retiro digno a un santuario donde tendrá todas las comodidades y estará bajo cuidado de especialistas”, señaló.
“México merece una Suprema Corte de punta de lanza; que sea quien abrigue a la vida animal, a todas y cada una de las especies que compartimos el mundo”, agregó.
Por lo anterior, compartió que espera un enfoque antiespecista y de protección por parte del ministro.
A lo largo de diversas publicaciones, iniciando con la crónica “El paso lento de Ely, la elefante más triste del mundo“, Aristegui Noticias ha documentado las afectaciones que el encierro en el Zoológico de Aragón ha tenido sobre la paquidermo.
Fernando Gual Sill, Director General de Zoológicos y Conservación de la Fauna Silvestre, reiteradamente ha negado que Ely se encuentre en malas condiciones. Incluso justificó- antes de la ampliación del recinto de la elefante- que en su hábitat haya concreto, el peor sustrato que un animal tan pesado como ella puede tener y que no se recomienda en estándares internacionales de zoológicos.
Organizaciones como Abriendo Jaulas Abriendo Mentes, y su directora Diana Valencia, han documentado mediante videos e imágenes las estereotipas que Ely presenta y se han extendido por lustros. Este tipo de conducta muestra un daño psicológico a largo plazo.
Ahora, también se ha captado comportamiento estereotipado en Gipsy, la elefante que llegó desde Zoofari, en Morelos, a la Ciudad de México para hacer compañía a Ely- luego de que esta última pasara años sin convivir con otros de su especie, a pesar de ser una necesidad documentada para estos mamíferos.
En un boletín publicado el 26 de junio, la Secretaría de Medio Ambiente de la capital (Sedema) celebró la llegada de la elefante Gipsy desde el parque natural Zoofari.
La dependencia informó que ambas elefantes vivirán en un una superficie que “representa más de 10 veces lo estipulado en estándares internacionales para un elefante”, pero no especificó con base en cuáles lineamientos hace esta afirmación.
El espacio donde vive Ely fue ampliado poco antes de la llegada de Gipsy, con un área de 3 mil 500 metros cuadrados que conecta con el recinto original.
Al tomar como base los estándares de la Asociación de Zoológicos y Acuarios de América del Norte (AZA) y la Asociación Europea de Zoos y Acuarios (EAZA) se puede afirmar que la declaración de Sedema es, por lo menos, inexacta.
Según lo estipulado por EAZA, cuya estimación de espacio es la más alta, los elefantes en cautiverio necesitan un espacio al aire libre de por lo menos 3 mil metros cuadrados. Es decir, la ampliación apenas supera por 500 metros este estándar mínimo (sin contar el área original con el que conecta y tiene suelo de concreto).
Por otro lado, AZA marca en sus lineamientos que cada elefante individual necesita como mínimo 500 metros cuadrados de espacio. Entre Ely y Gipsy sumarían un espacio mínimo de mil metros cuadrados, por lo que el recinto del zoológico de Aragón está lejos de lo presumido por Sedema.
Foto: SEDEMA
Si el espacio verdaderamente fuera 10 veces mayor que el estándar internacional, y tomando como base el más grande de los citados, el hábitat de Ely y Gipsy tendría que medir por lo menos 30 kilómetros cuadrados, pero aún esta medida sería insuficiente para el desarrollo pleno de las elefantes, según las investigaciones desarrolladas por Joyce Poole- quien es cofundadora de la organización ElephantVoices y ha estudiado a estos animales por más de 40 años.
En el libro “An Elephant in the Room: The Science and Well-Being of Elephants in Captivity”, los investigadores Joyce Poole y Petter Granli concluyen que debido a la inteligencia y complejo ordenamiento social de los elefantes, estos animales solo pueden desarrollarse plenamente en cautiverio si habitan en manadas diversas y numerosas. Los expertos aseguran que el espacio mínimo necesario es de 50 a 70 kilómetros cuadrados de terreno y hábitats naturales variados.
Asimismo, ambos miembros de ElephantVoices niegan, basándose en décadas de investigación, que “las exhibiciones ligeramente ampliadas que muchos zoológicos están considerando actualmente, a gran costo, marquen una diferencia significativa” en el bienestar de los elefantes en cautiverio.
Foto: Río de la Torre | IG (@rio.tv.foto)
Susana Ramírez adelantó que si el amparo resulta favorable para el traslado de Ely, Gipsy también podría ser beneficiada por la decisión de la Suprema Corte.