La Duma de Rusia (Cámara de Diputados), aprobó hoy una resolución en la que acusa directamente a Estados Unidos de obstaculizar con sus acciones el cese del conflicto en Oriente Medio y propone una interrupción inmediata de las hostilidades y la apertura de corredores humanitarios.
“Consideramos inmoral e imprudente la política del Occidente, colectivo liderado por EE.UU., cuyas acciones obstaculizan un cese del conflicto en Oriente Medio y alimentan de todas las formas posibles el fuego de la guerra en esa sufrida región”, señala la resolución.
Los diputados rusos, que parafrasearon al presidente del país, Vladímir Putin, al denunciar el “total fracaso” de la política de Washington en Oriente Medio, denunciaron los suministros de armamento y las ingentes cantidades de dinero que la Casa Blanca asigna a Israel.
“Los portaaviones estadounidenses en aguas de Oriente Medio no contribuyen de ninguna manera a la desescalada del conflicto, no están encaminados a poner fin a la muerte de miles de ciudadanos de Palestina, Israel y otros países que se encuentran en zona de guerra”, señala.
Acusa a los políticos estadounidenses de ser responsables tanto de las “innumerables muertes” como de la destrucción de las infraestructuras civiles al ignorar las resoluciones de la ONU y abogar siempre por el arreglo de los conflictos políticos desde “una posición de fuerza”.
Además, la cámara baja llama a los Parlamentos del mundo a adoptar todas las medidas posibles para frenar el derramamiento de sangre y la escalada de violencia entre Israel y Hamás, con el fin de prevenir “una catástrofe humanitaria sin precedentes en Oriente Medio”.
Los parlamentarios rusos denuncian que la “injustificada crueldad” y el “desproporcionado uso de la fuerza” han sido la causa directa de varios miles de muertos desde el ataque por sorpresa de Hamás contra Israel del pasado 7 de octubre.
Y advierten que esos “bárbaros métodos de solución de los problemas políticos por la vía armada han provocado protestas antisemitas e islamófobas en todo el mundo”.
“Condenamos firmemente cualquier violación del Derecho internacional humanitario por las partes en conflicto”, apunta, y alude al empleo de municiones prohibidas, los bombardeos indiscriminados y los ataques contra centros médicos, instalaciones energéticas y de suministro de agua, además de la deportación forzosa de la población, según considera.
Y también llama a llevar ante la Justicia y recibir un “severo castigo” a aquellos individuos que hayan cometido crímenes de guerra o contra la humanidad.