CIUDAD DE MÉXICO (apro).-
El amor al rock reunió nuevamente al cantante español Enrique Bunbury con sus fans mexicanos en el Autódromo Hermanos Rodríguez, en la Ciudad de México, a solamente un par de años de que el artista originario de Zaragoza, España, anunciara su retiro de los escenarios.
El regreso, en show este sábado 8 de junio, fue una explosión de emociones, tanto de Bunbury como de su fanaticada. Fueron 70 mil almas que se entregaron al recorrido sonoro de rolas pertenecientes a su álbum “Greta Garbo” (2023), su historial como solista y un racimo de clásicos de su antigua banda Héroes del Silencio.
Una pertinaz llovizna daba bienvenida al público arribando al inmueble de la alcaldía Iztacalco. Sin menguar los ánimos, fue poco antes de la cita que Tláloc concedió tregua para arrancar el concierto después de las 21:00 horas en una refrescante noche en el espacio al aire libre.
El amor al rock reunió nuevamente a @bunburyoficial con sus fans mexicanos este sábado en el Autódromo Hermanos Rodríguez, a dos años de anunciar su retiro de los escenarios. El retornó fue una explosión de emociones ante 70 mil almas. #EnriqueBunbury ?????? pic.twitter.com/URuaVZwiAE
— Proceso Cultura (@ProcesoCultura) June 9, 2024
Desde los primeros pasos cautivó la característica teatralidad y gallardía de Enrique en escena, detonando la apertura a los acordes de “Nuestros mundos no obedecen a tus mapas” y “Cuna de Caín”. El show avanzó a los ritmos de “Despierta” y “Hombre de acción”. Ataviado de negro, el espigado rockero de 56 años brindó caluroso saludo: “¡México, qué maravilla, qué belleza verles a todos de nuevo las caras! ¡Hasta donde alcance la vista, muchas gracias de verdad a todos por acompañarnos esta noche, una noche muy especial!”. Una ola de aplausos y griteríos agasajó al cantautor nacido un 11 de agosto de 1967. Coreos ensordecedores acompañaron el recital de principio a fin, dando paso a “El rescate”, “Cualquiera en su sano juicio (se habría vuelto loco por ti)”, “Invulnerables” y “Más alto que nosotros sólo el cielo”. La producción erigió monumental escenario con una gigantesca pantalla a telón de fondo, dibujando el estilo conceptual del también escritor español quien recién lanzó su libro “La Carta” (Editorial Liburuak). Las luminarias aderezaron el viaje transitando entre lo bohemio y rocker. Adicional, un par de plasmas laterales acompañaron al artista con su inseparable ensamble de músicos conocidos como Los Santos Inocentes, integrándose por los guitarristas Jordi Mena y Álvaro Suite, el bajista Robert Castellanos, el percusionista Quino Béjar, el baterista Ramón Gacías, la tecladista Erin Memento y el pianista Jorge Rebenaque. Bunbury anunció hace dos años su retiro de los escenarios debido a padecer laringitis. Conmovido por la ausencia de presentarse ante sus fieles y la recepción mexicana, expresó: “Afortunadamente la vida te lleva por caminos raros y te trae siempre sorpresas inesperadas, sorpresas incluso que no mereces. No saben lo agradecido que estoy a que hoy pueda estar con todos ustedes interpretando canciones del pasado y del presente, que se esté abriendo una nueva puerta a la esperanza, una nueva puerta para hacer algunos conciertos más. No nos volvamos locos, hoy tenemos uno, vamos a vivir el presente, vamos disfrutar el presente. Estoy eternamente agradecido a todos ustedes por acompañarme en este momento tan especial”. Continuó el espectáculo rasgando “Alaska” y “El extranjero”, adicionando “Desaparecer”, “La actitud correcta” y encendiendo a las multitudes en “Apuesta por el rocanrol”. El repertorio seleccionó “Porque las cosas cambian” y para “De todo el mundo”, instante en el que Bunbury descendió de la tarima para deleite de los afortunados al frente. En el ápice del acto incluyó “Entre dos tierras” de Héroes del Silencio y ficticio adiós vía “Lady Blue”. Regresó inmediatamente para dar selección en finiquito “Parecemos tontos”, “Infinito”, “Maldito duende” y “La constante”. El cerrojazo inexorable fue firmado en “...Y al final”, destellando en el horizonte luminosa fiesta de pirotecnia. Enrique Bunbury al filo de la tarima se unía elevando las manos y reverencias junto a Los Santos Inocentes. Una noche de rock le consagraba ante sus adeptos ansiosos por este regreso musical. El vocalista debutó como solista con su disco “Radical Sonora” en 1997, luego de que anteriormente fuese líder de los Héroes del Silencio, una de las bandas insignia en la historia del rock en español, y de la cual, también sus seguidores siempre esperan un renovado reencuentro.
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