Festival Cervantino: Las Cuatro Estaciones vuelven a sonar en el Teatro Juárez

Festival Cervantino: Las Cuatro Estaciones vuelven a sonar en el Teatro Juárez


GUANAJUATO, Gto. (proceso.com.mx).- Las Cuatro Estaciones de Antonio Vivaldi volvieron a escucharse en el recinto del Teatro Juárez, escenario del Festival Internacional Cervantino 51.

Esta vez, por medio de las armoniosas cuerdas de la Orquesta Barroca de Venecia.

Este recinto acaba de ser reabierto después de una de las restauraciones más amplias que se le han realizado en sus casi 120 años -fue inaugurado por el general Porfirio Díaz el 27 de octubre de 1903- para ser nuevamente foro para las principales obras maestras musicales de todos los tiempos en la programación del Cervantino.

Con una presentación previa durante su estancia en México en el Teatro de Bellas Artes, la Orquesta Barroca trajo al renovado escenario del Juárez un programa titulado “Homenaje al Prete Rosso”, que significa “cura rojo”, características que identificaron al pelirrojo Vivaldi (1678-1741), el genio vienés que cimentó el género del concierto y dejó una vastísima obra para las generaciones que siguen disfrutando de ella.

Además de las Cuatro Estaciones en la segunda parte del programa, esta agrupación musical reconocida como la mejor de su género en Venecia y una de las más prestigiadas del mundo en la música barroca interpretó algunas piezas menos conocidas, conciertos para cuerdas sin solistas: la Sinfonía in Sol maggiore RV 146 y el Concierto en si mejor para cuatro violines, cuerdas y bajo continuo RV 580, Op. 10 Nr. 3.

Y cada sonido de las cuerdas, violines, violonchellos, contrabajo y el clavecín, fluyeron bajo la destreza de este conjunto fundado por Andrea Marcon en 1997, “comprometido con el redescubrimiento de las obras maestras de los siglos XVII y XVIII”.

Por esta labor y el virtuosismo alcanzado -gracias al nivel de sus integrantes- la orquesta mantiene un ritmo intenso de giras y presentaciones por todo el mundo, así como de grabaciones que le han valido reconocimientos como el premio Diapason d’Or (de la prestigiada revista Diapason, uno de los premios independientes de música más importantes) así como el Edison premio musical neerlandés que se otorga a “productos sonoros de calidad excepcional”.

El conocimiento profundo de la obra del “cura rojo” es evidente en dominio, la facilidad y elocuente destreza de cada uno de los integrantes de la orquesta, particularmente una ejecución perfecta de la obra más conocida y popular de Vivaldi.

Uno a uno, los movimientos se suceden dando a cada instrumento su momento y oportunidad en la interpretación que Vivaldi creó para cada una de las estaciones del año, con los violines y violonchellos como fulgurantes protagonistas.

Esta noche de un día de eclipse solar terminó con largas ovaciones de un público que disfrutó todavía de un ancore a cargo de la Orquesta Barroca de Venecia.

           





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