4 poemas con los que puedes sorprender a tus profesores este Día del Maestro

4 poemas con los que puedes sorprender a tus profesores este Día del Maestro


El 15 de mayo de cada año se celebra el Día de los Maestros y las Maestras de México, esta fecha es especial porque se celebra y reconoce a los docentes por su gran labor académica en la enseñanza. Se acostumbra que este día los alumnos den un presente a sus profesores como agradecimiento por su desempeño. 

4 poemas para agradecer a los maestros en su día 

Hay muchos maestros que marcan nuestra vida por compartir sus conocimientos con nosotros, pero no solo por eso, también porque nos hacen vivir experiencias únicas en las aulas que seguramente recordaremos para siempre. Para esta fecha especial puedes escribirle un poema a tu profesor favorito para demostrar tu agradecimiento.

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Para esta fecha especial puedes escribirle un poema a tu profesor favorito para demostrar tu agradecimiento | Foto: Freepik

“La maestra rural” de Gabriela Mistral

La Maestra era pura. «Los suaves hortelanos»,

decía, «de este predio, que es predio de Jesús

han de conservar puros los ojos y las manos,

guardar claros sus óleos, para dar clara luz».

La Maestra era pobre. Su reino no es humano.

(Así en el doloroso sembrador de Israel).

Vestía sayas pardas, no enjoyaba su mano

¡y era todo su espíritu un inmenso joyel!

La Maestra era alegre. ¡Pobre mujer herida!

Su sonrisa fue un modo de llorar con bondad.

Por sobre la sandalia rota y enrojecida,

tal sonrisa, la insigne flor de su santidad.

¡Dulce ser! En su río de mieles, caudaloso,

largamente abrevaba sus tigres el dolor.

Los hierros que le abrieron el pecho generoso

¡más anchas le dejaron las cuencas del amor!

¡Ohlabriego, cuyo hijo de su labio aprendía

el himno y la plegaria, nunca viste el fulgor

del lucero cautivo que en sus carnes ardía:

pasaste sin besar su corazón en flor!

Campesina, ¿recuerdas que alguna vez prendiste

su nombre a un comentario brutal o baladí?

Cien veces la miraste, ninguna vez la viste

¡y en el solar de tu hijo, de ella hay más que de ti!

Pasó por él su fina, su delicada esteva,

abriendo surcos donde alojar perfección.

La albada de virtudes de que lento se nieva

es suya. Campesina, ¿no le pides perdón?

Daba sombra por una selva su encina hendida

el día en que la muerte la convidó a partir.

Pensando en que su madre la esperaba dormida

a La de Ojos Profundos se dio sin resistir.

Y en su Dios se ha dormido, como en cojín de luna;

almohada de sus sienes, una constelación;

canta el Padre para ella sus canciones de cuna

¡y la paz llueve largo sobre su corazón!

Como un henchido vaso, traía el alma hecha

para volcar aljófares sobre la humanidad;

y era su vida humana la dilatada brecha

que suele abrirse el Padre para echar claridad.

Por eso aún el polvo de sus huesos sustenta

púrpura de rosales de violento llamear.

¡Y el cuidador de tumbas, cómo aroma, me cuenta,

las plantas del que huella sus huesos, al pasar!

Se acostumbra que este día los alumnos den un presente a sus profesores como agradecimiento | Foto: Freepik

“Enseñarás a volar” de Madre Teresa de Calcuta

Enseñarás a volar,

pero no volarán tu vuelo.

Enseñarás a soñar,

pero no soltarán tu sueño.

Enseñarás a vivir,

pero no vivirán tu vida.

Sin embargo…

en cada vuelo,

en cada sueño,

perdurará siempre la huella

del camino enseñado.

Una escuela tan grande como el mundo, de Gianni Rodari

Hay una escuela grande como el mundo.

Allí enseñan maestros, profesores,

abogados, albañiles,

periódicos, televisores,

carteles callejeros,

el sol, los temporales, las estrellas.

 

Hay lecciones fáciles

y lecciones difíciles,

feas, bonitas y así.

 

Allí se aprende a hablar, a jugar,

a dormir, a despertarse,

a bienquerer e incluso

a enfadarse.

 

Hay exámenes a cada momento,

pero no hay suspensos:

nadie puede parar a los diez años,

a los quince, a los veinte,

ni descansar un solo instante.

 

De aprender no se acaba jamás,

y aquel que no sabe

es siempre más importante

que aquel que sabe ya.

 

Esta escuela abarca todo el mundo.

Abre los ojos:

tú también eres un alumno.

Hay muchos maestros que marcan nuestra vida por compartir sus conocimientos con nosotros | Foto: Freepik

“Maestro” de Juan Berbel

Vocación tempranera y siempre bien sentida,

esta de ser Maestro por amor entregado,

este ir alumbrando caminos por la vida,

ilusionadamente, de niños rodeado.

Poner alma de artista en la noble tarea,

con fuerza misionera y mano delicada;

saber irse quemando en aras de una idea,

saber seguir la estrella del bien entresoñada…

Sembrador sin pereza, poner en la besana

al par del rubio trigo semilla de amapolas;

estrenar alegría y fe cada mañana,

y en el trance difícil quedar con Dios a solas.

“Educador (Acróstico)” de Rosa Fonseca

Eres voz que corrige e impulsa

Donde quieras, tu misión realizas

Unas veces allá en las ciudades

Como otras también en provincia

Amistad y sapiencia tú entregas

Das cariño y forjas ideales

Oh. Maestro, tus manos benditas

Rieguen paz y ventura infinita

¿Cuáles son los mejores regalos para el Día del Maestro?

Si quieres sorprender a tu profesor o profesora este 15 de mayo, hay una serie de regalos que puedes hacerle que serán recibidos con mucho agradecimiento y no vas a tener que gastar prácticamente nada. Hay docentes que son muy entregados a su labor y su forma de compartir su conocimiento nos parece impresionante, pero hay quienes además de maestros son amigos y les hemos tomado afecto.

  • Escribe una carta agradeciendo por su trabajo
  • Regala un presente que alguna vez haya mencionado que desearía tener 
  • Bríndale tu apoyo en sus labores como profesor; ayuda a acomodar sus listas, por ejemplo 
Hay docentes que son muy entregados a su labor y su forma de compartir su conocimiento nos parece impresionante | Foto: Freepik

 



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