WASHINGTON (apro).– Sin cambios, fue la decisión que tomó el Comité de Mercado Abierto (CMA) de la Reserva Federal (FED) (Banco Central) de Estados Unidos respecto a las tasas de interés de créditos interbancarios como medida preventiva a la creciente tasa inflacionaria.
Al concluir la sesión de dos días, los gobernadores del CMA optaron por mantener a las tasas de interés de préstamos bancarios a corto plazo en el rango mensual de 5.25 y 5.5 por ciento, esto con base en la situación macroeconómica del país que no es nada alentadora.
Con una tasa de inflación anualizada que es de 3.7 por ciento, excluyendo de esta al índice de precios de alimentos y combustibles y con una contracción de 1.8% en el Producto Interno Bruto (PIB) que se ubicó en 1.6% durante el primer trimestre de 2024, el CMA optó por la prudencia.
La Reserva Federal, que a finales del año por medio de su presidente Jerome Powell había adelantado que este año pretendía por lo menos hacer tres recortes a las tasas de interés, ante la realidad económica de Estados Unidos mantiene la política de prudencia frente a la inflación.
La junta de gobernadores de la FED se volverá a reunir los días 11 y 12 de junio próximo, para revisar nuevamente los casilleros macroeconómicos de ese momento y canalizar la posibilidad de ajustar a la baja a la política monetaria.
La decisión del CMA no fue una buena noticia para la campaña de reelección del presidente Joe Biden, quien pese a la contracción del PIB registrada el trimestre pasado, sostuvo que es mejor un crecimiento positivo moderado a cifras negativas.
Con el costo de la vivienda, combustibles, automóviles y los productos de la canasta básica por los cielos, los estadunidenses achacan la realidad inflacionaria a malas decisiones económicas tomadas por el gobierno de Biden, lo cual beneficia electoralmente a Donald Trump.
Las variaciones que se pronostican para los intereses de los créditos interbancarios en junio, según los especialistas financieros, oscilarían en un recorte entre medio punto porcentual como mínimo, de 0.75% como máximo con el objetivo de evitar un sobrecalentamiento macroeconómico.
Tras incrementos constantes a las tasas de interés en 2023 que frenaron ese año un aumento desproporcionado en la burbuja inflacionaria y contuvieron los efectos negativos de la pandemia de covid-19 en la economía, la FED por ahora deja intacta a la política monetaria en espera de buenas noticias.
De reducirse los niveles de pago de intereses los efectos más palpables ser materializarían en los pagos de las hipotecas, préstamos de bancos a medianas y pequeñas empresas y en el valor de automóviles, enseres electrodomésticos y vestido, entre otros bienes y servicios.