El obispo emérito de Chilpancigo-Chilapa, Salvador Rangel, se encuentra desaparecido desde el sábado 27 de abril.
Es uno de los representantes de la Iglesia católica que ha reconocido abiertamente sus pláticas con representantes del crimen organizado.
En diversos momentos ha aclarado que el diálogo es la única manera de garantizar la paz.
En marzo de 2017 reportamos que el obispo se reunió con narcotraficantes. les pidió tranquilidad y paz para los guerrerenses.
“Estos grupos (delictivos) me dicen ‘nosotros somos narcotraficantes, pero no sicarios’, y la gente en general dice ‘nosotros los queremos’”.
Previo a las elecciones presidenciales de 2018 el obispo fue nuevamente noticia en medios nacionales, por reconocer que había dialogado con grupos criminales para establecer condiciones mínimas para los comicios.
En artículo de abril de 2018, Ernesto Villanueva apuntó que el obispo se alejó de la zona de confort de la jerarquía católica para velar por el interés público:
El obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, ha decidido dejar de rezar y pedir a su dios que la razón de la existencia del Estado (la convivencia pacífica y armónica de las personas en sociedad) tenga asideros en la realidad… Habrá que apoyar esta iniciativa pragmática del valiente obispo Salvador Rangel Mendoza. Aquí y ahora es una bocanada de aire puro en una comunidad contaminada por la corrupción, la simulación y la impunidad.
En 2024 el tema volvió, después de que jerarcas católicos se reunieron con bandas criminales de Guerrero para intentar buscar un acuerdo para reducir la violencia.
Rangel dijo: “Tenemos que hacer algo porque es penoso que estas autoridades (las de Guerrero) no hagan nada por pacificar el estado”. (Reforma, 15.902.24).
Sobra razón al obispo Rangel. Guerrero no tiene hoy autoridades con voluntad y capacidad para enfrentar la ola de violencia que azota varias regiones y municipios de ese sufrido estado. Las evidencias y sospechas de colusión y complicidad entre las más altas autoridades locales y de varios municipios, empezando por los dos más importantes –Acapulco y Chilpancingo- con las bandas criminales y sus jefes, han sido exhibidas desde hace varios meses. Por su parte, el gobierno federal permanece en ominoso silencio ante los hechos y en abierto respaldo a su gobernadora.
En entrevista con Pablo Ferri (El País), el obispo emérito reconoció abiertamente sus visitas a casas de los criminales para dialogar.
Dijo que ha mediado para salvar a personas secuestradas, buscar cadáveres de desaparecidos o para que los criminales ‘perdonen’ a jóvenes destinados a ser asesinados.
Mi labor en este tiempo ha sido de mediación. ¡Hemos salvado a mucha gente de morir!
¿Quién es Salvador Rangel?*
Nació el 23 de abril de 1946 en Tepalcatepec, Michoacán. Hijo de Rafael Rangel Larios y Maria del Carmen Mendoza Barragán, ambos fallecidos. Es el sexto de 9 hermanos.
Ingresó al Seminario Menor de la Confraternidad de los Operarios del Reino de Cristo, y luego, en la Orden de los Frailes Menores Franciscanos de la Provincia de San Pedro y San Pablo, en Michoacán.
Sus Primeros Votos los recibió el 24 de noviembre de 1970, y la Profesión Perpetua el 19 de diciembre de 1973.
Se ordenó sacerdote el 29 de junio de 1974, por manos del Excmo. Mons. Victorino, Álvarez Tena, Obispo de Celaya.
Su primer empleo de representación sacerdotal fue como Encargado de la Promoción Vocacional en su provincia religiosa de 1974- 1978.
Posteriormente fue vicario Parroquial de San Francisco de Acámbaro, Morelia (1978-1981).
Después de pasar por numerosas parroquias, fue nombrado Obispo de Huejutla el 12 de marzo de 2009, por Su Santidad Benedicto XVI. Ordenado Obispo de la Diócesis de Huejutla, el 5 de junio de 2009.
Nombrado Obispo de la Diócesis de Chilpancingo- Chilapa, el 20 de junio de 2015, por el papa Francisco.
*Diócesis de Chilpancingo-Chilapa.