Sin duda alguna, el refrigerador es uno de los grandes inventos contemporáneos. Además de permitir la conservación de alimentos por mayor tiempo, también ayuda a tener una dieta más variada y saludable.
Debes saber que, además de mantener los alimentos a una temperatura de fresca a fría, los refrigeradores tienen otro par de funciones. Sus corrientes de aire internas permiten mantener los ingredientes frescos, mientras que la humedad ayuda a que las verduras conserven sus características por más tiempo.
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Sin importar su tamaño, por lo regular la mayoría de los refrigeradores siguen la misma lógica: las zonas más frías se encuentran abajo, en tanto que las más frescas y donde hay más flujo de aire se encuentran arriba.
Otra norma general es que las puertas son las zonas que, lógicamente, están expuestas a cambios de temperatura más frecuentemente. Por esta razón, las bebidas embotelladas, la leche y los aderezos deben ir allí.
¿Cómo acomodar la comida en el refrigerador?
En realidad, el acomodo del refrigerador sigue una lógica muy simple: todo está en saber la característica predominante de cada espacio al interior del aparato. Generalmente, la parte con mayor circulación de aire está arriba, mientras que la más fría se encuentra abajo.
Así, las sobras de comida debidamente guardadas en recipientes herméticos e identificadas, los yogures y los embutidos siempre deben ir en la primera charola del refrigerador.
Las charolas del medio son las mejores para conservar lácteos frescos y quesos, además de alimentos que necesitan ser refrigerados en cuanto se han abierto. El jamón, la mortadela y otros embutidos no curados también van aquí.
La charola que está encima del cajón de las verduras es la más fría, por lo que es ideal para colocar las carnes y pescados frescos, así como aquellos alimentos congelados que quieres descongelar. Recuerda que, para evitar contaminación, no debes descongelar tu comida directamente al aire libre o, peor aún, bajo el chorro del agua.
La parte más húmeda es el cajón de vegetales. Una vez lavadas, desinfectadas y secas, las verduras se deben colocar aquí, pues la humedad permitirá que no se sequen o enlamen, manteniendo sus características de buena forma.
Otras buenas prácticas en el uso del refrigerador incluyen acomodar los ingredientes por tamaño, poniendo los más grandes al fondo para que puedas ver lo que tienes, además de usar bandejas, charolas y otros recipientes para conservar tus alimentos.
Recuerda siempre dejar un espacio entre los alimentos para permitir la circulación del aire y mantener las puertas cerradas el mayor tiempo posible, pues eso ayuda a conservar la temperatura interna y a consumir menos energía.