María de los Ángeles Félix Güereña, mejor conocida como María Félix o ‘La Doña’ se consagró como una de las divas del Cine de Oro de México. Si talento y belleza la llevaron a conquistar el corazón de actores y de todo México desde el inicio de su carrera. Esta ocasión vamos a revelar la historia que hay detrás de su mítico mote ‘La Doña’.
La nacida en Sonora en 1914 se convirtió en una de las grandes divas de la televisión mexicana, pero no fue por ese motivo que se le conocía como ‘La Doña’. La historia está relacionada con el personaje de una de las muchas películas que realizó en su largo recorrido en la pantalla chica. Mejor vamos a recordar la historia de María Félix.
Sigue leyendo:
Cine Oro: la trágica historia detrás de “Amorcito corazón”, de Pedro Infante
La historia detrás del apodo de María Félix
María Félix tuvo varios apodos a su largo de su carrera, pero el de ‘La Doña‘ lo acompañó hasta el último de sus días. Por ese motivo vamos a revelar cómo fue que obtuvo dicho mote y desde cuando se le comenzó a decir así a la diva del Cine de Oro mexicano. La historia nos remontará a 1943.
La nacida en Sonora fue la protagonista de la película “Doña Bárbara“. El filme dirigido por Fernando de Fuentes puso a María Félix en la necesidad de darle vida a una mujer rica, para ser más precisos a una terrateniente, de carácter fuerte. Estas características empataban con las de la actriz, en la vida real.
Fue al terminar la película que sus fans comenzaron a nombrarla así. Las muchas similitudes entre el personaje y María Félix llevaron al público a nombrarla de dicha manera. Además del fuerte carácter, se dice que otra de las similitudes tenía que ver con que fue una mujer que conquistó a grandes personalidades del mundo del espectáculo.
Los amores de María Félix
Se tiene que recordar que María Félix tuvo varios amores en su vida, siendo cuatro los que lograron llevarla al altar. El primero e hacerlo fue Enrique Álvarez Félix, cuando tenía tan solo 19 años. El segundo en conquistarla fue Agustín Lara en 1945. Jorge Negrete le robaría el corazón para 1952. El último en hacerlo fue Alexander Berger en 1956.