CIUDAD DEL CABO, Sudáfrica (AP).— Ratones accidentalmente introducidos a una isla remota cerca de la Antártida hace 200 años se están reproduciendo sin control debido al cambio climático y se están comiendo a las aves marinas, causando fuertes daños a una reserva natural especial con “biodiversidad única”.
Ahora, los conservacionistas planean un exterminio masivo con helicópteros y cientos de toneladas de veneno contra roedores, que deben dejarse caer en cada rincón de los 297 kilómetros cuadrados de la isla Marión para garantizar su éxito.
Si sobrevive una sola hembra preñada, su prolífica capacidad de reproducción implica que todo fue en vano.
El proyecto Marión Libre de Ratones, un control de plagas a gran escala, se considera crucial para la ecología de este territorio sudafricano deshabitado y del océano austral en general. De lograrse, será la erradicación más grande de su tipo.
La isla alberga poblaciones de importancia mundial de casi 30 especies de aves y es un inusual hábitat inalterado para los albatros errantes, con su envergadura de casi 3 metros, y muchas aves más.
Eso es, inalterada hasta que llegaron los ratones domésticos polizones en embarcaciones cazadoras de focas a principios del siglo XIX, introduciendo los primeros depredadores mamíferos en la isla.
Las últimas décadas han sido las más graves en cuanto al daño que han provocado los ratones, dijo el doctor Anton Wolfaardt, gerente del proyecto Marión Libre de Ratones. Agregó que la población ha aumentado enormemente, en parte debido a las temperaturas más elevadas provocadas por el cambio climático que han convertido a la fría y ventosa isla en un hogar más cálido, seco y habitable.
“Quizás sea uno de los animales más exitosos del mundo. Tiene todo tipo de lugares”, dijo Wolfaardt. Pero ahora en la isla Marión, “su temporada de reproducción se ha extendido y esto ha resultado en un aumento enorme en las densidades de ratones”.
Los ratones no necesitan motivación. Se pueden reproducir desde que tienen unos 60 días y las hembras pueden tener cuatro o cinco camadas al año, cada una con siete u ocho crías.
Cálculos aproximados indican que hay más de un millón de ratones en la isla Marión. Se alimentan de invertebrados y, cada vez más, de aves marinas: tanto polluelos en sus nidos como adultos.
Un solo ratón puede alimentarse de un ave varias veces más grande. Los conservacionistas tomaron una foto de uno colgado de la cabeza sensangrentada de un polluelo de albatros errante.
El fenómeno de ratones comiendo aves marinas ha sido registrado en apenas un puñado de islas en el mundo.
Después de los primeros informes en 2003, la escala y frecuencia de ratones cazando aves marinas en Marión ha aumentado de forma alarmante, dijo Wolfaardt. Agregó que las aves no han desarrollado los mecanismos de defensa para protegerse de estos depredadores desconocidos y con frecuencia están sentadas mientras los ratones las mordisquean. Hay ocasiones en que varios ratones rodean un ave.