PARÍS.– Más de 29 mil civiles palestinos muertos y 69 mil heridos, miles de desaparecidos, multitudes hambrientas y aterradas desplazadas del norte al sur de Gaza por las Fuerzas Armadas israelíes. Casi 60% de la Franja está reducida a escombros. Bombardeos aéreos incesantes. Ofensivas terrestres despiadadas. Detenciones masivas. Ejecuciones sumarias.
Israel convirtió a Gaza en un infierno.
Y aún falta el asalto a la ciudad de Ráfah que Benjamin Netanyahu amenaza con lanzar si Hamás no libera a los 130 rehenes que todavía retiene desde su sangriento ataque contra civiles y militares israelíes del 7 de octubre.
“De darse esa ofensiva, cerca de un millón de palestinos refugiados en Ráfah deberán huir por tercera o cuarta vez y albergarse en Al Mawasi (estrecha zona de 14 kilómetros cuadrados que bordea la frontera con Egipto), donde ya se encuentran miles de refugiados. Por lo tanto, la densidad de población en ese lugar será de 62 mil 500 personas por kilómetro cuadrado. Eso significa que la gente sólo podrá quedarse de pie o de rodillas y que le tocará turnarse para dormir”, escribe Amira Hass, destacada periodista israelí, en la edición del 10 de febrero del diario Hareetz.
Por atroces que sean estas cifras siguen siendo números descarnados detrás de los que se esconden dos millones y medio de tragedias individuales. Proceso se hace el eco de algunas de ellas.
“Nadie habla del fin de la guerra”
“Pasaron más de cien días y sigue la guerra contra nosotros, los civiles de Gaza. Cada día nos golpea más la amarga realidad de nuestras vidas que ya dejaron de ser vidas. Nadie habla del fin de la guerra. No circula el mínimo rumor de paz que podría aliviar nuestros corazones. Un alto al fuego parece ser un sueño inalcanzable. Nadie esperaba que la guerra durara tanto tiempo. Nadie esperaba tal magnitud de destrucción y muerte. Hoy todos preguntamos, rezamos, aullamos lo mismo: ¿¡acabará esto algún día!?”, escribe un reportero gazatí free lance que guarda el anonimato por razones de seguridad.
El reportero se expresa en la página digital de información +972, integrada por periodistas israelíes y palestinos que trabajan juntos contra viento y marea.
“Ayer llamé a uno de mis amigos. Quería tener noticias suyas y de su familia –sigue contando el reportero–. Nos reímos e intercambiamos chistes amargos al tiempo que maldecimos esa guerra que nos divide, nos destruye, aniquila nuestros sueños. Cuando le pregunté acerca de su padre mi amigo calló unos segundos antes de contestarme: ‘Mi padre murió como mártir, al igual que mi hermano Malik’”, señala.
“En Gaza nos morimos literalmente cada día, cada minuto, cada segundo. Desde el 7 de octubre nuestras vidas están totalmente trastornadas. Vivir consiste exclusivamente en tratar de satisfacer nuestras necesidades básicas. ¿Dónde podemos encontrar agua? ¿Llegará la ayuda humanitaria? ¿Y dónde tendremos que ir para que nos den algo? ¿Hoy dónde se consigue harina, en la calle Salah al-Din o en la calle Al-Rashid? ¿Se retiraron los tanques isrealíes de estas áreas o siguen allí?
“Lo que más miedo me da hoy es que esa situación acabe siendo considerada como ‘normal’. Alimenta ese temor el silencio persistente y vergonzoso de los gobiernos extranjeros ante nuestros sufrimientos. Pero no son los únicos en guardar silencio. Resulta abrumadora la ‘ausencia’ del gobierno palestino, o más bien de los dos gobiernos palestinos (Hamás en Gaza, la Autoridad Palestina en Cisjordania) y de los partidos políticos palestinos.
“Ya ni sé, o quizá ya no tengo la posibilidad de saber quién es el responsable de nuestros sufrimientos”, confiesa. “Ciertamente la causa principal es el gobierno israelí. Pero empezamos a plantearnos interrogantes: ¿el mundo se puso de acuerdo con Israel para eliminarnos? ¿Coopera Hamás con Israel? ¿Dónde está la Autoridad Palestina? ¿Por qué Israel y Hamás no lograron encontrar una solución? ¿No sirven las mediaciones de Estados Unidos, Catar y Egipto?
“¿Acaso el gobierno de Hamás o de la Autoridad no saben cómo satisfacer nuestras necesidades básicas? Cada día se atenta contra nuestra dignidad y nuestra vida y nadie nos ayuda. ¿Están conscientes de eso nuestras autoridades o simplemente no les importamos?
“Lo que provocó Israel es un violento terremoto que destruye nuestras casas y nuestros barrios. Pero los ciudadanos de Gaza exigen de sus gobernantes que por lo menos estén en contacto con su pueblo y que negocien con Israel para protegernos a todos y no para protegerse solamente a ellos mismos”.
Según el periodista, tal es el sentir que prevalece ahora en Gaza. Cita opiniones de varios de sus entrevistados.
“Me dice Muhamad Hani (seudónimo), como yo, habitante de Gaza: ‘Nosotros los civiles estamos metidos en una guerra contra el ejército israelí todopoderoso, sobrearmado y criminal. ¿Pero dónde está Hamás a la hora de proteger y defender los intereses del pueblo? Queremos un gobierno que por lo menos nos avise dónde se encuentran las fuerzas israelíes en lugar de dejarnos así dispersados y desamparados. Queremos un gobierno que pare el derrame de sangre en Gaza o que mínimamente nos diga hacia dónde vamos, si hay o no hay negociaciones’”.
“Abu Isam (seudónimo), por su parte, me confía: ‘Tengo la impresión de que se trata de una guerra entre Yahya Sinwar (jefe militar de Hamás) y Netanyahu, una guerra en la que cada uno quiere demostrar su fuerza al otro a expensas de los civiles. Hamás no se preocupa de las víctimas civiles de Gaza y a Netanyahu no le importan los rehenes y menos aún sus familias. Ya no puedo más. Lo perdí todo. Mi casa. Mis bienes. Si logro sobrevivir hasta el fin de la guerra me iré lejos. Dejaré Gaza a Hamás, que quiere lo que no quiere su pueblo’, me dice finalmente Abu Isam”.
Concluye, desolado, el periodista: “Qué más puedo decir? Estamos todos muertos en Gaza ahora. Nos estamos convirtiendo en cifras que eventualmente estarán contabilizadas en el balance de los muertos”.
Desplazados, vejados y hacinados
Nasma es el seudónimo de una integrante palestina de la ONG internacional Mercy Corps que radica en Ráfah. Su testimonio fue publicado a mediados de febrero por la agencia de noticias independiente The New Humanitarian.
Fragmento del reportaje publicado en la edición 0009 de la revista Proceso, correspondiente a marzo de 2024, cuyo ejemplar digital puede adquirirse en este enlace.