Termina nuevo ‘juicio del siglo’ con un expresidente subiendo a declarar

Termina nuevo ‘juicio del siglo’ con un expresidente subiendo a declarar


Juan Alberto Vázquez / Nueva York
Especial para Aristegui Noticias

El expresidente de Honduras Juan Orlando Hernández Alvarado lucha por su vida.

“¡Me está diciendo que Fabio Lobo, Alex Ardón, Leonel Rivera Madariaga y Luis Pérez, todos los que declararon en esta sala están mintiendo y que solo usted dice la verdad?”, le increpa un joven fiscal, ya un poco alterado en el contrainterrogatorio que aplica al acusado.

“Lo que le estoy diciendo es que yo no acepté dinero de ellos; son profesionales de la mentira con muchos motivos para falsear”, dice Hernández intentando conservar la calma.

Estamos en la tercera y última semana del juicio por narcotráfico en contra del expresidente hondureño, que ha sacudido a la opinión pública en su país. Sabiendo que no tiene muchas opciones para quitarse varios años de prisión, el acusado decidió el martes 5 de marzo tomar su derecho a testificar y de paso ofrecer al público momentos hilarantes.

Cuando le preguntaron por el grupo delictivo de los Valle Valle y él dijo que “los narcotraficantes no tiene partido y apoyan a todos”, el fiscal acepto el regalo:

– ¿Incluyendo a usted?
– No señor, no se equivoque.
– ¿Entonces apoyaban a todos menos a usted?
– Yo tenía políticas contra toda esta gente porque no la soportaba, hicieron mucho dañó a mi país- buscó exclamar con la mayor solemnidad posible.
– ¿Usted es el único político honesto de su país?- ironizó la fiscalía antes de que su defensa lo salvara con una “¡objeción”! concedida por el juez Castell.

Juan Orlando Hernández e hijos de narco Giovany Fuentes Ramírez.

Como ya se está haciendo costumbre para casos de narcotráfico de alto nivel, la fiscalía de distrito sur de Nueva York presentó un caso espléndido en testimonios de narcotraficantes, pero muy pobre de pruebas físicas. Por eso a Juan Orlando Hernández le bastaba con recurrir a “no recuerdo”, “yo me tomaba miles de fotos” “no se quiénes son esos niños” frente a las imágenes que le presentaban y donde parecía compartir en eventos públicos con narcotraficantes confesos como Giovany Fuentes Ramirez o sus hijos, así como Arnulfo Valle, de los Valle Valle.

“Los perseguí a todos ellos y me amenazaron”, se queja ante las preguntas de su defensor Raymond Colón quien le preguntó porque no los extraditó como a decenas de capos de su país. “Estados Unidos no pidió la extradición de esos narcos porque ellos colaboraban con la DEA”; puntualiza. Durante el juicio uno de los capos aceptó que usaba gorras, relojes y plumas para grabar a otros. Ahora pide condena de tiempo cumplido. Otro testigo más, el policía Giovany Rodríguez dijo que al recobrar su libertad irá a Honduras a pedir su reinstalación pues lo despidieron injustamente. “¡Pero usted aceptó haber ejecutado gentes y protegido narco cargamentos!” le increpó la defensa. “Si, pero nunca me acusaron de nada”, se defiende.

“Ustedes escucharon como los testimonios de distintos narcos coincidían en fechas y lugares”, decía el fiscal al jurado en su alegato de cierre de este miércoles 6 de marzo. Ocultó, por supuesto, la facultad de los empleados del gobierno de ensayar testimonios con distintos narcos testigos las veces que sea necesario, justamente con la finalidad de que cuadren a la hora estelar de un juicio.

Sin embargo, en su turno en la silla de los testigos, a un par de metros a la izquierda del juez que ha seguido este caso que llevo a la cadena perpetua de Tony Hernández, su hermano, el expresidente Juan Orlando pudo desplegar todo lo que, desde su visión, hizo para ayudar a luchar contra el Narcotráfico en Honduras.

“Como diputado introduje la ley de extradición y la de decomiso. Como presidente las ejecuté en cuanto llegué al ejecutivo”, dice orondo. Presume además con orgullo, las cientos de propiedades y cuentas bancarias expropiadas a narco organizaciones que operaron en Honduras como los Cachiros, los Valle Valle, los Montes, casi todas ligadas al cartel de Sinaloa, y al Chapo Guzmán. Habla de las corporaciones policiacas creadas bajo su gobierno y resalta las casi 40 reuniones que tuvo con funcionarios del gobierno de los Estados Unidos, la DEA, el FBI, el Departamento de Seguridad Interior. Detalla cómo trabajo de cerca con el general John Kelly, operador del Comando Sur estadunidense. Visitas a la casa Blanca, reuniones con los presidentes Barack Obama, Donald Trump, Joe Biden. “Con todos hice planes y los ejecuté”, presume.

Juan Orlando y Tony Hernández.

“Todo eso eran trucos para ocultar su actividad criminal” responde la fiscalía al currículum de alguien que se pinta como colaborador y no como rival de los Estados Unidos en la lucha contra el narco.

– Por ejemplo, en esta foto se halla usted en el mundial de futbol del 2010 y lo está abrazando Giovany Fuentes, acusado de narcotráfico- le señala el fiscal.
– Si parece que soy yo, pero si se da cuenta mi cara se ve más clara que los otros- busca defenderse JOH. -En Honduras se dijo que esa foto era un montaje- agrega.
– ¿Pero usted fue al mundial del 2010 si o no?— cuestiona el fiscal ya un poco desesperado.
– Si fui- susurra el acusado.

“Es absurdo que diga que no conoce a Giovany pues eran vecinos” me dice una periodista hondureña, sentada a mi lado en el contrainterrogatorio. Juan Orlando luce preocupado, aunque firme. Sabe que una foto y testimonios de narcos en busca de beneficios no son pruebas tan sólidas como puede ser una grabación con su voz o un video, incluso una cuenta bancaria, algo que certifique los sobornos que no se cansan de repetir fiscales y testigos.

Tampoco es que la falta de pruebas lo vaya a exonerar, pero si le abre posibilidades en una apelación.

Finalmente, su testimonio prometía ser el acto estelar de este proceso y lo está cumpliendo con creces.

– ¿Recibió sobornos del Chapo Guzmán?- regresa su abogado Colón a tratar de lavar su imagen.
– No señor.
– ¿Lo protegió?
– Para nada
– ¿Protegió o recibió sobornos de los Cachiros?
– Nunca, todo lo contrario. Les expropié propiedades e investigué.
– ¿Pero nunca los detuvo ni extraditó?- le reclama el joven fiscal en su turno.
– Ordené al ministerio público que los investigara y pregunté a los Estados Unidos el por qué no solicitaban la extradición-, suelta Juan Orlando Hernández cuya firmeza sorprende.

“Él esta muy fuerte, no lo van a doblegar” me dice el pastor personal del expresidente hondureño que igualmente se sentó un par de días a mi lado en mi lugar VIP de la segunda fila a dos metros del acusado, el cual me asignó durante todo el proceso el guardia que con actitud marcial custodia la sala del piso 26. “Hablo con él a diario y lo escucho muy fuerte” me dice el religioso que aclara tener 35 años viviendo en los Estados Unidos.

Juan Orlando Hernández y narco Giovany Fuentes en Mundial de Futbol 2010.

“Juan Orlando Hernández es un narcotraficante en escala masiva”, inició la fiscalía con su alegato de cierre. “El se hallaba en el núcleo de la más grande conspiración de droga del mundo”, exagera el empleado del gobierno.

“Yo crecí en Nueva York. Te pido que uses tu astucia callejera aprendida en esta ciudad pues no es fácil engañar a los neoyorquinos”, arrecia el defensor Renata Stabile en su cierre. “Esperabas ver audio y video, pero no los hubo”, les recuerda. “¿Cooperadores asesinos? Todos conocen la cita de Maya Angelou: ‘cuando alguien te muestre quién es, créele la primera vez’. Pero el gobierno te dice que dejes de lado los asesinatos, pero no puedes, no hay lugar donde ponerlos”, instiga Stabile quien llegó a reforzar el equipo de la defensa semanas antes de que iniciara el juicio.

Empero la fiscalía insiste: “Es un juicio que combina narcotráfico, corrupción y violencia. Junten todas las evidencias y verán que cuando era presidente de Honduras, el acusado recibió sobornos millonarios para usarlos en su beneficio y proteger a organizaciones criminales con las que estaba asociado.

“Encuéntrenlo culpable por favor”.

Entre jueves y viernes se conocerá el veredicto en contra de Juan Orlando Hernández.



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