Es un hecho de sobra conocido: los gatos tienen garras y necesitan un sitio dónde afilarlas. Y lo van a elegir, aunque tú lo llames sillón, mesa, sofá o cualquier otro mueble querido y de difícil reparación.
Para evitar malos tragos, lo ideal es que adquieras un rascador, que básicamente es una superficie con la textura y resistencia necesaria para que tu michi pueda afilar sus garritas de manera segura.
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En años recientes, estos accesorios se han sofisticado de tal manera que existen opciones que van desde lo austero hasta lo definitivamente lujoso, desde diseños simples hasta algunos que parecen verdaderas piezas de arte contemporáneo.
Para que no te compliques la vida, aquí hay algunas cosas que debes tomar en cuenta para elegir el rascador que se adapte mejor a las necesidades físicas y de entretenimiento de tu michi.
¿Cómo debo elegir un rascador para mi gato?
Todo nace con una observación. De acuerdo con los expertos, los gatos tienen una de tres maneras favoritas de rascar: pueden hacerlo horizontalmente, verticalmente o con una mezcla de ambos.
Así, los rascadores de plato serán mejores para los gatos que prefieren lo horizontal, mientras que los michis que se orientan más por lo vertical disfrutarán los postes de rascado de distintas alturas.
El material con el que están hechos es de suma importancia. Mientras que los de cuerda de yute son los más duraderos, los de cartón suelen ser los favoritos de los gatos por su relativa suavidad. Hay otros hechos con alfombras que, sin embargo, pueden dañar sus garras.
La siguiente pregunta es cuántos gatos van a ocuparlo. Entre más sea la cantidad de felinos que tienes en casa, el rascador debería ser más alto y más complejo, esto con la finalidad de que jueguen y convivan sin problema al mismo tiempo.
Hay que tener en cuenta el peso del gatito, pues un mayor peso exigirá una resistencia mayor. Además, los expertos señalan que los mejores son aquellos que tienen espacios para que se escondan, hamacas y juguetes colgantes.
Por último, debes considerar que el rascador no solo es un poste, sino un punto privilegiado de observación felina. Ponerlo en un sitio cercano a ventanas cerradas o donde los michis tengan una panorámica de la habitación, los hará mucho más felices.