El cerebro es la parte más importante del cuerpo y aunque parezca que este se mantiene saludable solo, en realidad es necesario alimentarlo y ejercitarlo para así mantenernos en buen estado. Un estudio reciente llevado a cabo por la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha revelado una serie de hábitos y prácticas perjudiciales que impactan negativamente en la salud cerebral, estos hallazgos enfatizan la importancia de adoptar un estilo de vida saludable para preservar la función cognitiva y prevenir enfermedades neurodegenerativas.
¿Cuáles son los hábitos que dañan la salud del cerebro?
La investigación de la OMS señala que diversos comportamientos y rutinas pueden contribuir significativamente a la deterioración del cerebro a lo largo del tiempo. De la misma forma, el estudio señala que adoptar un enfoque integral de salud que incluya la promoción de hábitos saludables, tanto físicos como mentales, es fundamental para proteger y preservar la función cerebral a lo largo de la vida; por fortuna, estos hábitos pueden ser modificados fácilmente y aquí te los comparto para que comiences a reflexionar sobre tu estilo de vida.
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- Consumo de azúcares: una dieta no saludable y balanceada puede afectar negativamente el cerebro debido al consumo excesivo de azúcares, lo que puede contribuir a problemas metabólicos como la obesidad, el colesterol alto y la diabetes.
- No desayunar: saltarse el desayuno priva al cerebro del combustible necesario para funcionar correctamente, lo que puede aumentar el riesgo de enfermedades graves como la obesidad, el colesterol alto y la diabetes.
- Fumar: el tabaquismo reduce la materia cerebral y el suministro de oxígeno al cerebro, lo que puede promover la aparición de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y aumentar el riesgo de cáncer.
- Exposición a ambientes contaminados: la inhalación de sustancias tóxicas puede interferir con el suministro de oxígeno al cerebro, lo que afecta su eficiencia y puede contribuir al desarrollo de enfermedades relacionadas con la contaminación.
- No dormir: la falta de sueño adecuado puede acelerar la muerte de células cerebrales a corto plazo, afectar el estado de ánimo y la capacidad cognitiva, y aumentar el riesgo de problemas de salud mental y cognitiva.
- Comer en exceso: el exceso de alimentos puede provocar una acumulación de grasas y endurecimiento de las arterias cerebrales, lo que afecta negativamente su funcionamiento y aumenta el riesgo de enfermedades cerebrovasculares.
- Consumo de alcohol: el consumo excesivo de alcohol puede dañar el sistema nervioso, el hígado y el corazón, lo que impacta en el cerebro al matar neuronas y reducir la velocidad de transmisión de los impulsos nerviosos.
- Estrés: el estrés crónico puede reducir la capacidad mental y aumentar el riesgo de accidente cerebrovascular y ataques cardíacos, afectando negativamente la salud cerebral y emocional.
- La violencia: la exposición a la violencia puede provocar un desgaste emocional y cognitivo en el cerebro, volviéndolo hipervigilante y en constante alerta, lo que puede tener efectos adversos a largo plazo en la salud mental.
- No hacer ejercicio: la falta de actividad física puede contribuir al envejecimiento prematuro del cerebro y aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades cerebrales, lo que subraya la importancia de mantener un estilo de vida activo para la salud cerebral óptima.
¿Cómo cuidar el cerebro?
La OMS enfatiza la importancia de una dieta saludable y equilibrada para mantener la salud cerebral, por lo que una alimentación rica en frutas, verduras, granos enteros, grasas saludables y proteínas magras proporciona los nutrientes necesarios para el funcionamiento óptimo del cerebro. Reducir el consumo de grasas saturadas, azúcares añadidos y alimentos procesados es fundamental para prevenir enfermedades y promover la salud cerebral.
El ejercicio regular también es crucial para cuidar el cerebro, ya que promueve la circulación sanguínea, estimula la producción de nuevas células cerebrales y mejora la función cognitiva. La actividad física ayuda a mantener un peso saludable y reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares que pueden afectar la salud cerebral.
Además, gestionar el estrés y mantener una buena salud mental son componentes fundamentales del cuidado del cerebro, ya que el estrés crónico puede tener efectos negativos en el cerebro y aumentar el riesgo de trastornos como la ansiedad y la depresión. Practicar técnicas de manejo del estrés y buscar apoyo emocional son pasos importantes para mantener la salud cerebral.