Entre montañas de escombros que dejaron los devastadores incendios forestales que mataron a más de 120 personas en Chile se encuentran perros y gatos perdidos, que deambulan por las calles cubiertos de cenizas y quemaduras.
Algunas mascotas permanecen detrás de las puertas donde solían estar las casas, otros se quedan con las personas nuevas que han encontrado y otros se alimentan de montones de comida para perros que la gente les ha dejado en las esquinas.
Christopher Romero, de 22 años, estaba comprando alimentos cuando el incendio azotó el viernes su casa en Viña del Mar. Contó que su padre pudo llevar a su familia a un lugar seguro, pero sus dos perros, Black y Kiara, huyeron en la noche.
Romero y su familia finalmente regresaron a su casa el domingo para limpiar los escombros y buscar a sus mascotas, pero no tuvieron suerte. Luego les dijeron que había un perro en el barranco, quemado y sin moverse.
“Fuimos a revisar, y exactamente era él (Black)”, dijo Romero. “No podía caminar. Y él estaba asustado, estaba en shock, no podía, no dejaba que nadie más se acercara”.
Luego vinieron más vecinos para ayudar a Romero y su familia a recoger a Black y llevarlo a la clínica veterinaria de la Universidad de las Américas en Viña del Mar, que ha estado atendiendo a mascotas heridas en los incendios forestales.
A Black le administraron analgésicos, inyecciones y le limpiaron las quemaduras y heridas antes de ser dado de alta.
Nicolás Escobar, director de la carrera de medicina veterinaria de la universidad, dijo que la clínica ha atendido a más de 100 perros, gatos y conejos desde el viernes, curando quemaduras, dándoles oxígeno e incluso reviviendo a algunos de ellos.
Escobar dijo que la clínica ha tratado a mascotas durante otros incendios forestales, pero el incendio actual no se parece a nada que haya visto jamás.
“Es una tragedia mucho más grande. No he visto una situación tan compleja”, opinó al agregar que muchos de sus estudiantes perdieron sus hogares.
Añadió que la clínica también ha ayudado a localizar a los dueños de mascotas perdidas a través de redes sociales o escaneando microchips. Escobar detalló que han podido reunir algunas mascotas, pero muchas otras siguen desaparecidas. Kiara, la otra perra de Romero y compañera de Black, es una de ellas.