Cualquier persona que ha convivido durante algún tiempo con gatos puede comprobarlo: sus patitas tienen un olor singular. Hay quien dice que parece el de las papas fritas o de algún cereal, pero siempre es algo sutil.
Esto tiene una explicación. Resulta que es a través de sus patitas que los michis sudan, por lo que, en realidad, lo que huele es precisamente los rastros de su sudor y, como pasa en todos los animalitos, este fluido está relacionado con su alimentación y salud general.
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Sin embargo, la aparición de algunas infecciones, parásitos u hongos, o algún desajuste en su alimentación, puede hacer que ese olor cambie por algo penetrante y desagradable, lo cual siempre es un síntoma de un malestar.
“Debemos tomar en cuenta que los gatos son cazadores naturales, por lo que es importante que no dejen rastros por donde pasan, incluyendo el olor. Una diferencia de este tipo puede ser literalmente de vida o muerte en la naturaleza”, detalla un documento de la Facultad de Veterinaria de la Universidad del País Vasco.
¿Cómo cuidar las patitas de mi gato?
Comúnmente resistentes, las almohadillas de los gatos tienen una piel fuerte, ideal para prácticamente cualquier tipo de superficie, aunque suelen ser especialmente sensibles a los cambios de temperatura, con los que pueden cuartearse.
Ante esta situación, luego de llevarlo con el veterinario, puedes ayudarlo a recuperarse empleando cremas tópicas especializadas para la recuperación de su piel. Este mismo remedio se aplica en caso de hongos, siempre que tengan un elemento fungicida.
Es de vital importancia que no le apliques cualquier remedio a tu gatito sin consultarlo con el veterinario. Por naturaleza, los michis son muy limpios y una de las zonas que suelen limpiarse más son las patas y podrían ingerir sin querer algo que les haga daño.
Por último, de ser muy necesario, puedes lavarles las patas empleando un pañito húmedo con agua tibia y un poco de jabón neutro. Para hacerlo, frota suavemente con movimientos circulares los espacios entre sus almohadillas y sus dedos y sécalos luego de ello.