CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Vince McMahon, presidente y director ejecutivo de la WWE (World Wrestling Entertainment), fue demandado el jueves 25 de enero por una exempleada de abuso físico y emocional, agresión y tráfico sexual, de acuerdo a The Wall Street Journal.
La demanda fue presentada ante el Tribunal de Distrito de Connecticut, Estados Unidos, por Janel Grant, quien alega que de 2019 a 2022 fue explotada sexualmente por McMahon. John Laurinaitis, otro ejecutivo de la WWE, y la propia empresa también están acusados.
The Wall Street Journal compartió la demanda, la cual contiene descripciones gráficas de actos sexuales, amenazas e intimidación que, de acuerdo a Grant, enfrentó durante varios años mientras McMahon, de 78 años, ganaba control sobre su vida profesional y personal y ejercía ese poder para abusar de ella psicológica y sexualmente.
Grant conoció a McMahon en 2019, cuando sus padres recientemente habían fallecido y ella estaba desempleada. Amigos en común le sugirieron que contactara McMahon para un posible trabajo en la WWE. Cuando los dos se conocieron, el presidente y director ejecutivo de la WWE la saludó vistiendo solamente su ropa interior.
La demanda indica que después de prometerle un puesto con poder y un salario alto dentro de la WWE, McMahon le ofreció un puesto en el área legal de la compañía en junio de 2019 a cambio de sexo. Grant “se sintió atrapada en una situación imposible”, dice la demanda, “sometiéndose a las demandas sexuales de McMahon o enfrentándose a la ruina”.
Cuando comenzó a trabajar en la sede de la WWE en Stamford, Connecticut, el abuso se intensificó. McMahon la fotografió desnuda y se filmó con ella mientras mantenían relaciones sexuales. Después compartió el material a otros empleados, mismo que también usó para intimidarla y obligarla a guardar silencio.
La relación se volvió cada vez más violenta, hasta el punto en que McMahon presionó a Grant para que tuviera relaciones sexuales con otras personas, incluido el otro ejecutivo nombrado como acusado, Laurinaitis. En una parte de la demanda, Grant describe cómo McMahon y Laurinaitis la encerraron en una oficina y se turnaron para violarla.
En enero de 2022, McMahon le dijo Grant que su esposa se había enterado de su relación y que el tiempo de Grant en la WWE había llegado a su fin. Acto seguido la presionó para que firmara un acuerdo de confidencialidad con la intención de garantizar su silencio. A cambio, McMahon le prometió tres millones de dólares. El ejecutivo sólo pagó el primer millón de dólares.
Pese a lo acordado, la coerción sexual continuó hasta marzo de 2022. En esa misma fecha, McMahon, para persuadir a un luchador a firmar un nuevo contrato con su empresa, descrito en la demanda como una “Superestrella de la WWE”, le ofreció sexo con Grant como “parte del trato”. Esta información fue incluida en la demanda con una captura de pantalla de un mensaje de texto.
La demanda de Grant dice que el abuso que sufrió por parte de McMahon y otros le ha causado estrés postraumático “debilitante” y pensamientos suicidas. Cuando la obligaron a dejar la WWE, consiguió un trabajo en el departamento de operaciones de su edificio de apartamentos. Aunque perdió ese trabajo porque un trauma persistente la impidió salir de su casa “durante semanas seguidas”.
En 2022, McMahon fue investigado por un comité especial de la junta directiva de WWE, la cual reveló que el ejecutivo gastó 14.6 millones de dólares entre 2006 y 2022 2022 en pagos a mujeres que lo habían acusado de conducta sexual inapropiada y que los pagos deberían haberse registrado como gastos comerciales. Otra investigación por la empresa descubrió que McMahon había realizado pagos adicionales por un total de cinco millones de dólares a otras dos mujeres.
McMahon renunció temporalmente a la compañía durante la investigación de 2022, aunque siguió siendo “un accionista con una participación mayoritaria”, según la presentación trimestral de la compañía ante la Comisión de Bolsa y Valores en agosto de 2023.
No se presentaron cargos penales contra McMahon, quien negó “cualquier acto ilícito intencional” en una declaración en 2023. Aceptó reembolsar a la empresa el coste de la investigación y volvió a dirigir la WWE a principios de 2023.