Alabama llevará a cabo la primera ejecución de un preso condenado mediante asfixia por gas nitrógeno, un nuevo método que el estado espera impulsar como alternativa más sencilla a las inyecciones letales.
Kenneth Smith, declarado culpable de un asesinato por encargo en 1988, es un preso excepcional que ya ha sobrevivido a un intento de ejecución. En noviembre de 2022, los funcionarios de Alabama abortaron su ejecución por inyección letal tras luchar durante horas para insertar en su cuerpo la aguja para una vía intravenosa.
Según el nuevo protocolo, anunciado en septiembre de forma confidencial, los funcionarios inmovilizarán a Smith en una camilla y le colocarán en la cara una máscara respiratoria comercial de seguridad industrial. A la máscara se le conectará una bombona de nitrógeno puro para impedir que inhale oxígeno.
La ejecución comenzó a las 18:00 horas en la cámara de la muerte del centro penitenciario de Holman, en Atmore, Alabama. Sin embargo, algunos medios locales informan que será a las 20:00 horas cuando le coloquen la máscara.
Alabama lo ha calificado como “el método de ejecución más indoloro y humano conocido por el hombre”, y afirma que debería perder el conocimiento en uno o dos minutos y morir poco después.
Aunque en décadas anteriores se han empleado gases venenosos como el cianuro de hidrógeno en las ejecuciones, ésta sería la primera vez que se ejecuta una pena de muerte en cualquier lugar utilizando un gas inerte para asfixiar a alguien, afirman los expertos en pena capital.
Quienes se oponen a la pena capital, incluidos expertos en derechos humanos de las Naciones Unidas, han afirmado que el método equivale a experimentar con seres humanos y que podría simplemente herirlo sin matarlo, o conducir a una muerte tortuosa.
“Es un día triste y horrible para todos, sea cual sea tu perspectiva”, dijo el reverendo Jeff Hood, asesor espiritual de Smith, en una entrevista antes de entrar en la prisión. “Pero creo que esto es particularmente horrible en el sentido de que vamos a llevar a cabo un experimento humano por primera vez. Vamos a asfixiar legalmente a alguien“.
Los estados de Estados Unidos que aplican la pena capital tienen cada vez más dificultades para conseguir fármacos para las inyecciones letales, en parte porque las empresas farmacéuticas prohíben suministrarlos a las prisiones para cumplir una orden europea que sanciona el comercio de productos destinados a la tortura o las ejecuciones.
Smith fue condenado por asesinar a Elizabeth Sennett, esposa de un predicador, tras aceptar él y un cómplice una recompensa de mil dólares de su marido por matarla, según el testimonio del juicio. (Rts)