Mientras todas las miradas estaban puestas en New Hampshire, donde Donald Trump se impuso en la primarias Republicanas, Joe Biden, presidente de Estados Unidos y aspirante a la reelección por los demócratas, intentaba ocupar el terreno, ya que durante su estancia en el estado de Virginia trató un tema único: el derecho al aborto.
Desde finales de la semana pasada, con el aniversario de la decisión Roe Vs Wade que legalizó el aborto hace 51 años antes de ser anulada hace año y medio por un Tribunal Supremo que se volvió ultraconservador, la campaña de Biden ha impulsando el tema.
El 22 de septiembre del año pasado realizó anuncios a favor de la anticoncepción y el aborto médico durante una reunión del equipo dedicado a ello, así como con un viaje de la vicepresidenta Kamala Harris al estado clave de Wisconsin, llevando un discurso a favor de la libertad y el derecho al aborto, y con un adversario designado.
“La persona más responsable de la pérdida de esa libertad en Estados Unidos es Donald Trump. Escuchen lo que dice. Trump dice que está orgulloso de haber conseguido la anulación del fallo. Dice que “debe haber castigo” para las mujeres que ejercen su derecho a la libertad reproductiva. Describe la decisión del Tribunal como un milagro. Pero para las mujeres estadounidenses, es una pesadilla”, dice Kamala Harris.
Restablecer el aborto a nivel nacional
Las restricciones al derecho al aborto, algunas de ellas totales, afectan ya a 21 estados. Y Joe Biden promete, si el electorado le reelige y le da la mayoría en noviembre de 2024, restaurar el derecho al aborto a nivel nacional. El llamamiento parece calar. Incluso con una docena de interrupciones de activistas propalestinos serán cubiertas por el entusiasmo del público, que quiere verle en la Casa Blanca cuatro años más.
(Con información de RFI)