El Tribunal de Apelación del Vaticano revocó este miércoles, una sentencia emitida en primer grado y condenó por abusos sexuales a 2 años y 6 meses al padre Gabriele Martinelli en “una sentencia histórica”, según dijo a EFE la abogada de la víctima, Laura Sgrò.
“Estamos muy contentos con la sentencia del Tribunal de Apelación vaticano. Por fin mi defendido ha visto reconocidos años de sufrimiento, de dolor, de padecimiento“, indicó la defensora, que confirmó que Martinelli ha sido declarado culpable de un delito de corrupción de menores.
La condena, la primera por abusos cometidos en territorio vaticano, es “una sentencia histórica” y “espero que pueda invitar a una reflexión aún más profunda sobre el tema de los abusos en la Iglesia”, añadió Sgrò.
Martinelli, de 30 años, ha sido condenado por una serie de abusos a otro estudiante del preseminario San Pío X entre 2007 y 2012, cuando ambos eran menores de edad, aunque él era mayor y coordinaba las actividades del centro en el que residen los monaguillos de la basílica de San Pedro mientras valoran si siguen el camino sacerdotal.
El Tribunal vaticano le había absuelto en octubre de 2021 por prescripción y falta de pruebas, al igual que al otro acusado, el exrector Enrico Radice, de 73 años, por encubrir los abusos que durante años propinó a la víctima, identificada como L.G. y que abandonó el preseminario tras los hechos.
Las investigaciones comenzaron en noviembre de 2017 después de la publicación de estos hechos en el libro “Peccato originale” del periodista Gianluigi Nuzzi y prosiguieron con otros reportajes, como los del programa televisivo “Le Iene”.
Nuzzi, juzgado y absuelto por el Tribunal vaticano por falta de competencias territoriales en 2016 por la filtración de documentos, se hacía eco en su libro de las denuncias del joven polaco Kamil Tadeusz Jarzembowski sobre lo que ocurría en este seminario.
En las vistas tres antiguos alumnos declararon que en el preseminario dominaba “un ambiente insano” donde eran frecuentes las “bromas de tipo sexual”, mientras que el imputado Martinelli fue definido como la persona de confianza del rector, superando incluso al equipo directivo.
Uno de los exalumnos aseguró haber visto a Martinelli “tocar las partes íntimas” de otro alumno; mientras que otro habló de “toqueteos” a los más jóvenes, pero genéricamente, sin aportar detalles.
Otro de los momentos del proceso fue cuando el obispo de la diócesis de Como (norte de Italia), Oscar Cantoni, responsable de la Opera Don Folci, gestora del preseminario, afirmó que entre 2006 y 2012 los curas del centro ya advertían de una “conducta sexual inapropiada” de Martinelli.
La diócesis llevó a cabo su propia investigación y, entre otras cosas, reconoció una indemnización de 20.000 euros para la víctima, que nunca fue pagada, y sancionó al sacerdote, que fue aislado en un monasterio en la región alpina de Valle de Aosta y luego en Como, donde solo podía hablar con su familia y superiores.