Por Ross Barrantes, abogada especialista en Derecho Ambiental
En el complejo tejido de desafíos globales, la intersección entre el derecho a la salud, la situación de la mujer y los impactos del cambio climático emerge como un tema crítico que requiere una evaluación detallada. Desde una óptica política y basada en derechos humanos, este artículo busca abordar de manera integral la relación entre la salud, la salud mental, el género y el cambio climático, destacando cómo estos elementos convergen y afectan de manera desproporcionada a las mujeres. El derecho a la salud, consagrado en la Declaración Universal de Derechos Humanos, se erige como un pilar esencial para construir sociedades justas y equitativas. Su realización efectiva exige esfuerzos sostenidos a nivel global para mejorar la salud y el bienestar de las poblaciones.
Esta semana converse con Ana María Guevara León, Ingeniera Industrial con experiencia en entidades públicas en el Perú hace más de 28 años, confirmando que las mujeres son desproporcionadamente afectadas por los impactos del cambio climático, pues su rol en situaciones de sequía o desastres naturales las coloca en posiciones cruciales para la búsqueda de recursos, subrayando la vulnerabilidad específica de las mujeres ante estos eventos.
La atención médica en caso de enfermedad, así como la prevención, el tratamiento y el control de enfermedades dependen en buena medida de que se pueda acceder a tiempo a medicamentos de calidad.
A pesar de los avances conseguidos, luego de la pandemia de COVID 19, se estima que cerca de 5.000 millones de personas siguen sin tener acceso a medicamentos esenciales, existiendo aún el vínculo intrínseco entre la pobreza y la realización del derecho a la salud, mujer y clima; poco se habla de las responsabilidades de las empresas farmacéuticas, la repercusión de las leyes de propiedad intelectual y de los acuerdos de libre comercio, y las repercusiones y elementos de un enfoque del acceso a los medicamentos que esté basado en el derecho a la salud desde la perspectiva de los derechos de las mujeres y la lucha contra el cambio climático.
Siempre repito en mi salón de clases, hay que aprender de las experiencias pasadas y actuales, que nos demuestran que jerarquizar los derechos humanos o dar prioridad a uno o varios derechos sobre los demás tiene consecuencias perjudiciales y acarrea violaciones sistemáticas de los derechos humanos. La participación auténtica y el empoderamiento constituyen un requisito previo para que las políticas públicas generen resultados positivos, basados en la atención particular que se presta a las personas que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad. Aveces siento que el feminismo se ha distorsionado, he pasado momentos donde no soy escuchada por ser mujer, o soy invisibilizada por ser mujer y por otras mujeres , porque soy morena o muy lista ( aveces pienso) siempre digo que es importante considerar raza y género ( incluye para todo )
La cobertura universal de la atención de la salud sigue siendo un sueño para muchas personas, y me pregunto ¿ una farmacéutica puede descubrir la formúla para crear una pastilla en contra de la sensación de calor extremo o frío extremo y evitar la muerte por esta causa ? Como abogada especialista, trato de visibilizar el problema, salud y cambio climático, tenemos la necesidad de solicitar como ciudadanos que existan más estudios asociados, a la deforestación y la afectación a la salud, actividades ilegales que socaban los bosques como la minería ilegal y como afecta a la salud con la propagación desmedida de metales pesados, entre ellos el mercurio, sin contar el aumento de temperatura que sigue incrementando la muerte de niños prematuros, pero ¿ se habla de eso en los debates, en el senado, pleno del congreso, canales nacionales ? NO !!
En pleno siglo 21 y aún existen barreras en el acceso a servicios, como por ejemplo ; la salud mental, a menudo subestimada en discusiones políticas, emerge como un componente vital en la ecuación del bienestar. La crisis climática impacta directamente en la salud mental, y abordar esta intersección es esencial para construir sociedades resilientes y equitativas, considero que las violaciones del derecho a la salud y al ambiente sano de las mujeres constituyen violencia de género. La discriminación y estigmatización son determinantes sociales que incrementan la carga de morbilidad en grupos vulnerables. Abordar la violencia de manera integral y proactiva es crucial, reconociendo su conexión intrínseca con la privación y la discriminación.
Desde mi experiencia orientada en políticas, en estos tiempos es más que necesario imponer obligaciones legales a los responsables de formular políticas para garantizar la rendición de cuentas. La asignación adecuada de fondos a la salud, la salud mental y la lucha contra el cambio climático, especialmente para poblaciones vulnerables, debe ser un compromiso inquebrantable, en todos los estados, pero compromisos que se asuman con responsabilidad, reconociendo las brechas culturales, la inversión en educación emerge como un pilar fundamental para transformar percepciones y fomentar la equidad. La experiencia de Ana María resalta la necesidad de considerar las opiniones de las mujeres en la toma de decisiones y la implementación de políticas que reflejen las realidades de comunidades, especialmente en zonas rurales.
El aislamiento histórico de la salud mental en políticas y prácticas debe superarse. Invertir en salud mental desde la infancia contribuye al desarrollo sostenible y aborda las causas profundas de la intolerancia y la exclusión social.
La promoción de relaciones humanas sanas, bienestar emocional y social es esencial para construir sociedades resilientes frente a la crisis climática.
La violencia de género, la falta de acceso a la salud y la crisis climática están intrínsecamente conectadas y demandan una atención global. Abogar por la salud, la salud mental y los derechos de las mujeres es esencial para construir sociedades justas y equitativas. La rendición de cuentas, la educación y la inversión en la salud de todas las personas son pasos fundamentales para superar los desafíos actuales y futuros. ¡Sin salud, no hay vida, sin planeta! no hay vida!