Las relaciones compulsivas o adictivas son aquellas en las que uno o los dos miembros comparten comportamientos muy similares a los de una persona con adicción al alcohol u otras sustancias. Se sienten incapaces de resistir la necesidad de mantener una conexión con su pareja, a pesar de saber que no es un vínculo saludable. En este tipo de parejas a menudo hay comportamientos repetitivos, que pueden ser emocionalmente agotadores.
¿Cómo saber que estoy en una relación compulsiva?
Si necesitas saber que te encuentras en una relación de este tipo, debes saber que hay diversas características que, según terapeutas de pareja, se cumplen o comparten en la mayoría de ellas; sin embargo, eso no significa que tu relación deba contar con todas, pero si notas varios de los siguientes aspectos, será importante que tomes cartas en el asunto antes de que sea demasiado tarde y te cueste mucho más trabajo salir de ella.
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- Dependencia emocional: en una relación compulsiva o adictiva uno o los dos miembros de esta tienen una gran necesidad emocional, a menudo experimentan un gran temor al abandono, al rechazo, a quedarse solos.
- Patrones repetitivos: es común que repitan ciclos de comportamiento aunque sean muy dañinos, por ejemplo una persona de la pareja tiene problemas de alcoholismo toma y agrede a su novio o novia ya sea verbal o físicamente, después pide perdón, hay un periodo de “estabilidad”, pero reincide en la misma conducta.
- Falta de límites: hay una gran dificultad para establecer límites saludables y mantenerlos a lo largo del tiempo en la relación, algunas personas tienden a ser muy controladoras con su pareja y quieren saber a dónde van, con quién o simplemente se enojan si sus parejas desean tener otras actividades donde no las incluyen.
- Baja autoestima: la autoimagen es negativa en uno o en los dos integrantes de la pareja, lo que lleva a buscar validación constante, hay hipervigilancia y mucho temor a ser abandonados.
- Intensidad emocional: hay muchos altibajos emocionales que pueden incluir momentos de gran felicidad y profundas tristezas. Por ejemplo, se da en parejas donde hay faltas de respeto constantes, violencia física o infidelidades.
- Negación de problemas: se tiende a minimizar o ignorar problemas claros y evidentes en la relación, por ejemplo que hay violencia emocional, hay celos, control, entre otros.
- Impulsividad: también puede pasar que los integrantes de esa relación “amorosa” tomen decisiones rápidas y sin considerar las consecuencias. Hay algunos individuos que buscan sentirse “especiales” por lo que suelen amenazar con la relación constantemente o lo hacen con el objetivo de manipular a la pareja y lograr que esta tenga un temor inmenso a perderlo, también pueden decir cosas sin pensar, sin percatarse de los hirientes que pueden ser, pueden autolesionarse para obligar a la pareja a que no los deje.
- Dificultad para terminar la relación: aunque ambas personas pueden darse cuenta que su relación no va bien, que es dañina y se lastiman más de lo que se aportan, hay una gran resistencia a ponerle fin, tienen miedo de no encontrar a alguien con quien puedan ser compatibles y lograr construir un vínculo más sólido y saludable.
- Búsqueda constante de aprobación: como se mencionaba previamente, hay personas que necesitan la constante aprobación y validación de su pareja, de lo contrario experimentarán una constante sensación de insuficiencia.
- Obsesión: hay personas que son muy obsesivas con su pareja, tienen constantes pensamientos de que las van dejar, de que los engañarán, así que toda su energía y tiempo lo enfocan en su pareja, esta los determina.
¿Cómo salir de una relación compulsiva?
Salir de una relación compulsiva puede ser un proceso muy duro y no hay una fórmula secreta para lograrlo; sin embargo, la voluntad y convicción de las personas es el primer paso, así como tener claro que es fundamental su bienestar emocional. Aquí hay algunas recomendaciones que dan expertos en relaciones de pareja, como Walter Riso.
- Reconoce que estás en una relación adictiva o dependiente y que es perjudicial para tu bienestar emocional.
- Piensa en tus necesidades y en lo que es realmente saludable para ti, pregúntate si así quieres pasar muchos años más en tu vida.
- Busca el apoyo de amigos, familiares, pero sobre todo de un terapeuta, quien te puede brindar apoyo emocional de manera más objetiva.
- Pon tu salud emocional y mental en primer lugar. Duele perder a alguien con quien se han construido planes y a quien se quiere, pero es necesario que reconozcas que no te sientes bien con las dinámicas que han tenido hasta ahora.
- Trabaja en fortalecer tu autoestima. Esto puede ayudarte a resistir la necesidad compulsiva de mantenerte en una relación en la que ya no te sientes a gusto.
- No te sientas culpable, a veces salir de una relación compulsiva puede hacerte sentir mal, temes herir a la otra persona, pero también es importante que recuerdes todo lo mal que la has pasado.
- Si no hay hijos en común, rompe el contacto, es importante darse un tiempo para que ambos sanen y elaboren la ruptura.