Hay ocho rasgos que comparten aquellas mujeres que durante la infancia no contaron con la presencia de la figura paterna, y estos repercuten de manera importante en su desarrollo emocional, en sus formas de socializar tanto con sus familiares como en sus relaciones de pareja. La dependencia es uno de los más característicos.
Además, la ausencia del padre también causa dificultades para generar vínculos sólidos, afecta el autoestima y el autoconcepto, incluso hay daños en la formación de identidad y en su capacidad de adaptación social, que después puede afectar en otros ámbitos como su rendimiento escolar o laboral, debido a conflictos con figuras de autoridad.
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¿Qué rasgos comparten aquellas mujeres que sufrieron el abandono de su padre en la infancia?
No hay que estudiar Psicología para saber que la figura del padre y de la madre son fundamentales en el desarrollo psicosocial de sus hijos, estas figuras de apego son clave para su bienestar en general. Es a través de ellos y de forjar unos vínculos sanos y sólidos que más adelante lograrán relacionarse también de manera saludable con otros. Sin embargo hay varios rasgos de personalidad que se pueden hallar en aquellas mujeres que no contaron con la figura paterna, según Psycolgy Today son los siguientes:
1. Baja autoestima: al no contar con el cuidado, apoyo y protección del padre, es posible que las niñas se desarrollen y crezcan con un sentimiento de insuficiencia, de no ser importantes para las personas, ya que su propio padre fue capaz abandonarlas, por lo que su autoestima se verá afectada.
2. Hipervigilancia: al sentirse abandonadas o no importantes, tienden a crear mecanismos de defensa, por lo que se tornan muy temerosas y ansiosas, pueden tener ideas irracionales constantes de que otras personas las abandonarán también, por lo que pueden hacer de todo para no perderlas y se vuelven ansiosas e hipervigilantes.
3. Vida sexual precoz: ante la necesidad constante de apego y aprobación, estas adolescentes pueden buscar en la sexualidad un refugio o un medio para tener conexión emocional o física con otras personas. Incluso pueden quedar embarazadas a temprana edad.
4. Miedo al abandono: algunas chicas que no contaron con el apoyo y cuidado paterno, pueden crecer con mucho miedo a ser abandonadas de nuevo, así que si alguna de sus parejas o amistades no pueden estar con ellas algunas veces o no tienen la reacción que ellas esperarían, pueden sentirse seriamente rechazadas.
5. Agresividad: al sentirse vulnerables ante los demás es posible que no cuenten con la capacidad para expresar sus emociones de forma asertiva, así que como mecanismo de defensa pueden tornarse agresivas al hablar o comportarse con la familia, pareja o amigos. Ser agresivas es como su escudo protector.
6. Conductas destructivas y adictivas: algunas mujeres pueden crecer con tantas inseguridades que tenderán a refugiarse en las adicciones o conductas destructivas, esto lo harán para lidiar con emociones negativas provenientes del miedo al abandono o rechazo. Pueden consumir sustancias adictivas o tienden a tener relaciones destructivas y de codependencia.
7. Miedo a la pérdida: es muy común que tengan este temor a que alguien las va a abandonar o que algo saldrá mal. Su miedo a perder a su pareja, amigos, trabajo o cualquier otra cosa que consideran valioso, las vuelve obsesivas e hipervigilantes.
8. Intentos de reparar su trauma: desde que comienzan a tomar más conciencia de sus traumáticas experiencias de vida, harán todo lo posible por repararlas tratando de que su propia familia, es decir, sus hijos no pasen por situaciones similares, pero podrían caer en la sobreprotección. También buscarán sanar a través de un tratamiento terapeútico.