Las controversias alrededor de la máxima categoría del automovilismo se intensificaron luego de que durante la semana del Consejo Mundial de la FIA en Bakú, se destacó una supuesta filtración confidencial de información en la que se acusa a Toto Wolff, jefe de la escudería Mercedes en la Fórmula 1, de ser el receptor de estos “datos sensibles” provenientes de la Formula One Management (FOM), de la que es miembro su esposa, Susie Wolff.
La FIA, órgano rector del automovilismo mundial, dio entonces a conocer el inicio de una investigación al jefe de la escudería alemana y la directora de la F1 Academy, programa de desarrollo de pilotos mujeres, por un posible conflicto de intereses en el intercambio de informaciones confidenciales.
La investigación se produce luego de un informe publicado en la revista BusinessF1 en el que, presuntamente, ejecutivos de equipos rivales expresaron su preocupación sobre si Toto y Susie transmitieron información discutida en reuniones privadas.
El informe añade que los directivos se “alarmaron” cuando Wolff hizo comentarios en una reunión reciente que incluían detalles que, en su opinión, solo podían provenir directamente de la F1. Susie es directora general de la F1 Academy, papel por el que trabaja directamente con el director ejecutivo de la F1, Stefano Domenicali.
Tanto la escudería Mercedes como la Fórmula Uno, además de las partes implicadas, negaron cualquier acusación o la existencia de un intercambio indebido de información o conflicto de intereses.
F1, se posicionó en contra de las acusaciones, afirmando que “estamos seguros de que ningún miembro de nuestro equipo ha hecho ninguna revelación no autorizada a un director de equipo y advertiríamos a cualquiera que no haga acusaciones imprudentes y graves sin fundamento”.
Sin embargo, el principal foco en torno a la polémica se posicionó en Susie Wolff, quien se manifestó “profundamente insultada” pero no “sorpendida” por las acusaciones públicas hechas en su contra. “Es descorazonador que se cuestione mi integridad de esta manera, especialmente cuando parece tener su origen en un comportamiento intimidatorio y misógino, y se centra en mi estado civil más que en mis habilidades”.
Como mujer en este deporte, me he enfrentado a muchos retos, pero mi compromiso de derribar barreras y allanar el camino para que las futuras generaciones tengan éxito sigue siendo inquebrantable. Rechazo enérgicamente estas acusaciones.
Tras la polémica, y con el presunto hecho de que la acusación principal vino de alguno de los equipos, una a una las escuderías de la F1 brindaron su apoyo a Wolff, al tiempo que niegan hubiera “molestias” o “preocupaciones” bajo las que se fundamenta la investigación de la F1.
Entre las principales figuras en salir en defensa tanto de Toto como su esposa fue Christian Horner, director de su escudería rival Red Bull, quien aseguró que “enemos una gran rivalidad en la pista, pero no hemos presentado ninguna queja oficial, ni sobre Susie, ni Toto, ni Mercedes, ante la FIA”.
La propia escudería publicó un comunicado en sus redes sociales, donde se deslindan y confirman que no presentaron ninguna queja ante la FIA, además de respaldar a la F1 Academy y su presidenta.