CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El peso mexicano cerró noviembre con una apreciación de 6.7 centavos, equivalente a 3.76%, cotizando alrededor de 17.36 pesos por dólar.
Esta apreciación del peso se debió al debilitamiento del dólar estadunidense de 2.94%, de acuerdo con el índice ponderado, su mayor caída desde noviembre de 2022.
“La debilidad del dólar se debió a que se espera que la Reserva Federal haya finalizado con los incrementos en la tasa de interés y a que se han elevado las apuestas de que comenzará con los recortes en mayo de 2024”, señaló, el análisis del Banco Base.
El fortalecimiento de la divisa mexicana también se explica por el crecimiento económico nacional de 1.07% en el tercer trimestre del presente año, la mayor tasa de crecimiento desde el tercer trimestre de 2022.
“La confirmación de un crecimiento económico sostenido permite que el mercado especule en favor del peso mexicano, aunque este crecimiento no es sostenible en el largo plazo, pues está sustentado en buena medida en la construcción de obras públicas y en las transferencias que hace el gobierno”, explicó el análisis.
Un factor adicional que propició el debilitamiento del dólar fue la disminución de la aversión al riesgo relacionada con el conflicto en Israel. En noviembre el conflicto entre Israel y Hamás ha continuado, pero los ataques se han moderado y se han alcanzado treguas, lo que reduce el nerviosismo sobre un escalamiento en el conflicto.
En la canasta amplia de principales cruces, la mayoría de las divisas cerraron noviembre apreciándose, entre ellas el shekel israelí, con 8.32%; la corona sueca, con 6.46%; el dólar neozelandés, con 5.7%; el zloty polaco, con 5.26%; el won surcoreano, 4.69%; el dólar australiano, 4.26%; la corona checa, 4.04%, y el franco suizo, con 4%.
En el lado contrario, las divisas más depreciadas fueron el peso argentino, con 2.91%; la lira turca, con 1.98%; el rand sudafricano, con 1.09%, y la rupia de India, con 0.17%.
El Banco Base adelantó que, a pesar de la apreciación del peso, existe el riesgo de que ocurra una depreciación hacia el cierre del año.
Uno de estos riesgos tiene que ver con el cambio de lenguaje del Banco de México, que se ha vuelto menos restrictivo.
En el anuncio de política monetaria del 9 de noviembre, la Junta de Gobierno decidió mantener sin cambios la tasa de interés en 11.25% por quinto anuncio consecutivo. Asimismo, se adoptó un lenguaje menos restrictivo al señalar que será necesario mantener la tasa en su nivel actual por cierto tiempo, en lugar de por un periodo prolongado.