Movilidad social en México ‘no depende de las ganas’: expertos

Movilidad social en México ‘no depende de las ganas’: expertos

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Roberto Vélez Grajales, director ejecutivo del CEEY (Centro de Estudios Espinosa Yglesias), y Luis Monroy-Gómez-Franco, investigador asociado del CEEY y profesor en la Universidad de Massachusetts, presentaron este jueves 23 de noviembre en Aristegui en Vivo su nuevo libro “Por una cancha pareja”, el cual evidencia y explica de manera más accesible al público general, los problemas en materia de movilidad social y crecimiento que se vive actualmente en México.

“A ningún equipo de futbol le gusta jugar en una cancha que le dé ventajas a unos jugadores y afecte a otros. Ni que en cada partido cambien las reglas o que el árbitro las aplique para beneficiar al rival. Un requisito para que el marcador final sea justo es que el esfuerzo de cada futbolista no se vea obstaculizado por nada ni nadie y que el azar ejerza su imperio por igual entre todos los que salten al césped”, establece la contraportada del trabajo investigativo, el cuál según declararon sus autores, traduce el lenguaje académico a un bagaje que de mayor foro a su trabajo. 

La igualdad de oportunidades es un cliché, al que políticos y comentaristas recurren sin tener una definición precisa”. Con este problema abrió la participación de Monroy-Gómez-Franco, que instó a tener un entendimiento más completo de la desigualdad de oportunidades ya que es un problema real que lamentablemente, según declaró, “define como te va a tratar” la sociedad a raíz de factores muchas veces ajenos.

Este problema se intensifica aún más cuando se toma en cuenta que estas circunstancias sobre las que una persona no tiene control, como lugar y situación social donde nace, tiene implicaciones importantes en su desarrollo personal, académico y profesional, ya que el piso donde se compite no es parejo. “Debe haber competencia pero ¿bajo que condiciones se va a dar?”, declaró Vélez.

Tal y como describió, vivimos en un contexto donde las circunstancias pesan y, por lo tanto, las condiciones para que esta competencia o meritocracia se dé, deben ser tales que estos los inherentes a uno no jueguen un papel importante.

“No depende de las ganas. Depende de dónde naciste”, aseveró Monroy-Gómez-Franco.

La igualdad de resultados e igualdad de oportunidades no es algo que esté desligado y, como explicaron, a qué resultados aspiras está directamente relacionado a qué oportunidades se te presentan. Poniendo en perspectiva, compartieron que en materia de crecimiento y movilidad social en México, el simple hecho de nacer en el extremo Norte o Sur tiene grandes implicaciones a futuro.

“En el sur del país la probabilidad de superar la condición de pobreza es de 14%, mientras que si naces en la zona fronteriza al norte, incrementa a 46%“, destacó Vélez.

Sin embargo la zona geográfica no es el único factor que afecta el tema de desigualdad, ya que el género y color de piel, mencionando algunos ejemplos dados en la entrevista, también se han probado como incidentes en el trato y oportunidades que reciben las personas.

“México es una sociedad donde el tono de piel define como te tratan”. Con esto el profesor en la Universidad de Massachusetts abrió su explicación de cómo se ha probado que según la tonalidad de la piel puede haber un trato mejor o peor en múltiples circunstancias, ejemplificando que en el caso de una mujer de tez más oscura, es necesario mandar un 23% más de solicitudes para obtener un trabajo, mientras que al momento de pedir un crédito a nombre de una empresa, la atención y calidad de información brindada por los asesores bancarios es superior cuando se trata de alguien de piel blanca.

Según destacan, son estas pequeñas, y no tan pequeñas situaciones, las que se acumulan para crecer la brecha de oportunidades en el país, puesto que de poco en poco estas carencias se van sumando e influyendo hasta donde puede aspirar una persona a llegar.

Partiendo incluso del ejemplo del cambio climático, Vélez comentó: “Trabajos empíricos recientes evalúan en distintas dimensiones como el cambio climático, cuando se convierte en desastre, afecta de manera diferenciada y se constituye en un factor ajeno que afecta en todos los ámbitos”.

Si en México las oportunidades de avanzar dependen de cuestiones como lugar de nacimiento, color de piel e incluso el paso de un siniestro climatológico, todos factores donde la persona no tiene decisión, es imposible hablar de un crecimiento social parejo abierto a la competencia, la cuál actualmente está casi perdida sin siquiera comenzar a competir.

“Por una cancha pareja” explora cómo estos y muchos otros ejemplos intensifican la desigualdad social en el país al tiempo que presentan las consecuencias de la concepción actual de la meritocracia sin tomar en cuenta factores ajenos, los cuales para solucionarse “deben plantearse política y socialmente”  desde la raíz. “Si tienes programas sociales como medidas remediales sin alcance universal, te quedas muy lejos de disminuir la desigualdad de oportunidades”, sentenció Vélez Grajales.

Consulta la entrevista completa presentando “Por una cancha pareja” aquí:

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