El candidato oficialista Sergio Massa reconoció la derrota en las elecciones presidenciales de Argentina.
El libertario Javier Milei seré el siguiente presidente para el siguiente periodo de gobierno.
Según medios argentinos, hay una clara ventaja a favor de Milei. Antes de conocer los cómputos oficiales, Massa dio un mensaje junto a su equipo de campaña.
Los resultados no son los que esperábamos.
Me he comunicado con Javier Milei para felicitarlo, porque es el Presidente que la mayoría eligió para los siguientes cuatro años.
Con 86.59 por ciento de los votos revisados, Milei tenía el 55.95 por ciento de las preferencias.
En tanto, el oficialista Massa tenía el 44.04 por ciento. Un resultado irreversible.
Definido
Pese a la apatía de la población, el contraste entre las dos propuestas llevó a muchos a votar por lo que algunos analistas han llamado “el mal menor”, que implica más un rechazo ferviente del postulante que no desean que un respaldo abierto al que eligen.
Los expertos vaticinaron profundos cambios en la política doméstica, con un peronismo que podría sufrir cambios y un oficialismo que podría aliarse con un sector de la alianza conservadora Juntos por el Cambio, que a su vez podría dividirse.
“Van a ser elecciones de una profunda ruptura en el sistema de representación política en Argentina. Creo que todas las fuerzas como las veníamos conociendo se han transformado”, dijo a Reuters el analista Julio Burdman, director de la consultora Observatorio Electoral.
Tras años de dificultades, el desencanto de muchos argentinos con los partidos tradicionales encumbró al economista recién llegado a la política, que en los papales contaba con tantas chances como Massa -un abogado de 51 años- de alzarse con la presidencia.
“Hemos hecho todo el esfuerzo que se podía hacer. Ahora, que hablen las urnas (…) Esperemos que para mañana haya más esperanza y no tanta continuidad de decadencia”, dijo Milei luego de votar en la ciudad de Buenos Aires.
Las propuestas disruptivas de Milei en el plano económico así como su estilo agresivo y sus declaraciones polémicas habían otorgado posibilidades al postulante del oficialismo de centroizquierda, un político de centro que arribó el año pasado a la cartera de Economía en medio de una crisis que no logró revertir.
Milei, que en sus actos solía llevar en las manos una motosierra para representar el recorte del gasto público que propone, dijo que privatizará las empresas del Estado y reformará los sistemas de salud y educación.
El postulante de derecha de 53 años dudó de las causas del cambio climático, criticó el aborto legal y atacó al Papa Francisco, que es argentino.
Sin embargo, sus seguidores consideraron que era el único capaz de destronar a la “casta”, como Milei -fundador del partido La Libertad Avanza- llama a los políticos clásicos, y acabar con una desesperante inflación anual del 143% y una pobreza del 40%.
“He escuchado hablar mucho de política en casa por todo lo sucedido en estos 40 años de democracia y por eso creo que nos merecemos un cambio real (…) nuestra generación impulsa la presidencia de (Javier) Milei para sacar al país del ostracismo”, dijo Agustina Lista, una estudiante de 22 años.
El futuro presidente deberá lidiar también con las arcas vacías del banco central y una deuda contraída en 2018 con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por un programa de 44.000 millones de dólares.
La disrupción que provocó Milei había llevado a los presidentes de centroizquierda de Brasil, México y España a respaldar públicamente a Massa, mientras que el ganador del Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa y exlíderes de derecha de Chile y Colombia apoyaron al libertario. (Reuters).