Frente al creciente impacto de la desinformación a través de las redes sociales en la vida democrática de los países, la Unesco presentó este lunes un plan de regulación que pretende evitar la propagación de noticias falsas y eso sin obstaculizar la libertad de expresión y de prensa.
“Se trata de dar a los diferentes parlamentos y gobiernos herramientas que puedan inspirarles a la hora de afrontar esta regulación”, indicó el subdirector general de Comunicación e Información de la Unesco, Tawfik Jelassi, en una rueda de prensa en París.
Entre las medidas que preconiza la Agencia de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) figura la creación de moderadores en las plataformas o la adopción de medidas concretas de autorregulación.
“Las redes sociales han acelerado y amplificado la difusión de falsas informaciones y de discursos de odio que ponen en peligro la vida social, la paz y la estabilidad”, señaló la directora general, Audrey Azoulay.
Más de 10 mil contribuciones procedentes de 134 países han sido recogidas por la organización en el último año y medio para la elaboración de un documento de 40 páginas que contiene las recomendaciones destinadas a los gobiernos, autoridades reguladoras, la sociedad civil y a las propias plataformas.
Sobre la base de este documento, que ha tratado de tener en cuenta las especificidades de cada región, la Unesco reunirá el año próximo una conferencia mundial de reguladores, para tratar de unificar los criterios.
Azoulay indicó que este texto llega en “un momento clave” en el que más de 2 mil 500 millones de personas están llamadas el año próximo a las urnas en diferentes países.
La Unesco hizo público el resultado de un estudio de opinión que pone de manifiesto que el 87% de los ciudadanos interrogados en 16 de esos países consideran que el resultado electoral estará impactado por la difusión de informaciones falsas a través de las redes sociales.
Entre los países del estudio están Estados Unidos o México, además de Austria, Bélgica, Croacia, República Dominicana, El Salvador, India, Rumanía, Sudáfrica o Ucrania.
Las redes sociales, medio de información privilegiado
Entre todos engloban a un tercio de la población mundial. Los autores del estudio destacan que el 56% de las personas que tienen acceso a internet se informan sobre la actualidad a través de las redes sociales, un porcentaje que supera a los que recurren de forma prioritaria a la televisión (44%).
Y eso pese a que una mayoría de la población da más crédito a los medios tradicionales.
La información a través de las redes sociales se incrementa durante las campañas electorales, señala el estudio, que indica que el 68% de la población cree que estos medios son los principales vectores de la desinformación.
Uno de los principales retos de las recomendaciones de la Unesco para regular las redes sociales es evitar los obstáculos a los derechos humanos, indicó el director de la sección de libertad de expresión y seguridad de los periodistas de la organización, Guilherme Canela.
“El ecosistema digital es la mayor revolución de la información desde la invención de la imprenta. La Unesco debe hacer que siga protegiendo a la gente”, señaló Canela, que advirtió que “ya hay países que regulan el sector digital, pero lo hacen amenazándolo, y el desafío es hacerlo sin que se limiten los derechos humanos”.
La Unesco apuesta por que haya reguladores “independientes y públicos” con “un papel claramente definido y medios suficientes” para que puedan ejercer su misión, y que “trabajen en estrecha coordinación” para impedir que “las empresas digitales se aprovechen de las disparidades reglamentarias entre países”.
El papel de esos reguladores, clave en el sistema de control que propugna la Unesco, debe reforzarse en situaciones “sensibles”, como los periodos electorales o de crisis.
Además, considera que “la moderación de los contenidos debe ser posible y efectiva”, y los algoritmos tienen que estar sometidos a “la responsabilidad y la transparencia” para evitar que “la cantidad pase por encima de la fiabilidad”.
El fin último es que las plataformas digitales eduquen y formen a los usuarios a tener un sentido crítico.