De acuerdo con un documento de inteligencia obtenido por el periódico estadounidense Wall Street Journal, uno de cada diez funcionarios de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos, UNRWA, en la Franja de Gaza tienen vínculos con Hamás o la Yihad Islámica y la mitad de ellos tienen familiares que pertenecen a ambas organizaciones.
Esta información, elaborada por los servicios de inteligencia de Israel, es la que llevó a ya más de una decena de países occidentales a quitar su apoyo financiero a la organización, que dice ahora que le queda dinero para activar sólo hasta fin de febrero.
Por lo menos una de las mujeres israelíes que regresaron de su secuestro en Gaza dos meses atrás confirmó que había sido mantenida cautiva en la casa de un maestro, empleado de UNRWA.
La información se basa en señales de inteligencia especialmente sensibles, así como en la vigilancia de teléfonos móviles, investigaciones de terroristas de Hamás capturados, documentos encontrados sobre terroristas muertos en combates y más.
La Presidencia palestina pidió a los países donantes que reconsideren sus posiciones, para “no castigar desproporcionadamente a nuestra gente”, ya que “la cuestión de los refugiados está en el centro de la causa palestina, con decenas de resoluciones de la ONU adoptadas al respecto.