CIUDAD DE MÉXICO (apro).-La física que conocemos parece admirablemente poderosa. Hemos llegado a entender muchísimos fenómenos. Einstein nos demostró que el espacio-tiempo se curva y nos hizo ver resultados que al principio para todos fueron prácticamente paradojas. El modelo estándar de la mecánica cuántica, por ejemplo, que sigue la interpretación de Copenhagen, parece ser bastante adecuado y es capaz de predecir un sinfín de eventos. Quizás es la teoría más elaborada del ser humano.
Y si hablo de esto es que a la luz del artículo sobre la cuantización del tiempo, me surge una nueva reflexión que ahora comparto. Si es cierto que el tiempo de Planck, el cual es 5.39106 x10^-44 segundos, y esto es, de acuerdo a la Wikipedia: “representa el tiempo que tarda un fotón viajando a la velocidad de la luz en atravesar una distancia igual a la longitud de Planck”. Podemos pues pensar que el tiempo está cuantizado y se mueve en intervalos de 5.39 x 10-44 segundos. Más allá de eso no tiene sentido el tiempo y tampoco hablar de fenómenos físicos.
Pero lo que me interesa es la persistencia de las leyes de la física. Métanse a la regadera y abran la llave… ¿Cuánto tarda el agua en darse cuenta que está en presencia de un campo gravitacional (que hace caer el agua hacia abajo)? Porque debe haber una interacción entre el campo gravitacional y el agua, ¿no? Vamos, que no estamos hablando de una interacción instantánea. Son dos componentes de un sistema que interactúan entre sí y por lo tanto, debe pasar cierto tiempo para que el campo gravitacional ejerza su acción sobre el agua y los elementos se den cuenta uno del otro de su presencia.
Desde luego que para los tiempos de los seres humanos, el agua se da cuenta “instantáneamente” del campo gravitacional terrestre y nos parece natural que caiga el agua, pero ¿qué hay de esa interacción? ¿Cómo surge? ¿Cómo se da cuenta uno del otro? ¿Ocurre en el tiempo mínimo de Planck o bien, pasan una cantidad n de unidades de tiempo de Planck, “cronones”, para que el campo tome la acción correspondiente. ¿Cuántos cronones se requieren para que la interacción se dé? Eso me parece que ni siquiera lo contempla la física que conocemos. Por ejemplo, entendemos los mecanismos y hemos los seres humanos creados leyes que modelan este universo en el que nos ha tocado vivir, que tiene unas reglas inamovibles aparentemente y además, que persisten en su actuar pase lo que pase.
La pregunta, que ya se han hecho muchos otros antes que yo es: ¿Cómo sería el Universo si las leyes fuesen otras? Por ejemplo, sabemos que la Ley de la Gravitación Universal, en el denominador, r^2 (r elevado al cuadrado), ese número es un dos. No es 1.99999 o 2.00000001, por decir algo, es un 2 seco, certero. Y podemos ir más allá. Como dice William Poundstone (*): “Un electrón pesa 0.00000000000000000000000000091096 gramos […] pero nadie sabe las razones por las cuales el electrón no puede ser un poco más pesado”. ¿Por qué? ¿Estamos por el camino correcto para hacer un modelo de este universo en el que vivimos? Porque… ¿cómo puede ser que la interacción de campos con otros componentes requiera de tanta herramienta matemática para modelarlo? ¿Estamos haciendo algo mal? ¿o quizás nuestras matemáticas son muy rudimentarias para explicar las cosas?
Por el momento al menos, parece ser que la física sólo describe el Universo, pero en realidad, estamos lejos de poder explicar por qué es así.
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(*) William Poundstone, The Recursive Universe, Dover Publications 2013.